Subirás a un barco híbrido-eléctrico en Tromsø para una excursión de día completo por los fiordos árticos buscando ballenas con un guía local. Prepárate para momentos de calma al acercarte a las zonas de alimentación cerca de Skjervøy, vistas panorámicas desde salones cálidos y quizá esa emoción cuando las jorobadas asomen cerca. No está garantizado — pero es real.
Lo primero que recuerdo es el silencio — no un silencio total, sino ese suave zumbido mientras navegábamos desde Tromsø antes del amanecer. El barco estaba más calentito de lo que esperaba (un gran alivio), y alguien me pasó un café mientras veíamos cómo el cielo cambiaba del negro a ese azul tan particular del Ártico por la mañana. Nuestro guía, Eirik, señalaba cómo el hielo se pegaba a la orilla. Dijo que a veces puedes oler el arenque antes de ver alguna ballena, lo que me hizo reír — pero no estaba equivocado. Hay un olor salado y punzante en el aire por allí arriba.
Tardamos unas horas en acercarnos a Skjervøy. Pasé la mayor parte del tiempo pegado a las grandes ventanas de cristal, intentando ver algo que se moviera aparte de las aves marinas. La gente paseaba entre las cubiertas con sus cámaras y los niños abrigados como pequeños astronautas. Cuando Eirik cambió al motor eléctrico, todo se volvió aún más silencioso — sin el ruido del diésel, solo el agua golpeando el casco y todos conteniendo un poco la respiración. Entonces alguien susurró “ahí”, y de repente aparecieron jorobadas asomándose justo al lado. Te juro que podías oír cómo respiraban — un soplido profundo que parecía demasiado grande para un solo animal.
No me di cuenta de cuánto me marcaría ver ballenas así. Hay algo especial en estar horas allá afuera (a veces 3 o más cada trayecto — lleva algo para picar) que hace que esos momentos se sientan ganados. La tripulación no paraba de preguntar cómo estábamos y contaba historias de otras salidas, cuando aparecieron orcas o cuando no vimos ninguna ballena (son muy sinceros con eso). En nuestra excursión de un día desde Tromsø para ver ballenas en los fiordos tuvimos suerte — pero aunque no la hubiéramos tenido, solo navegar por esos paisajes helados ya era una experiencia extraña y tranquila a la vez.
La duración depende de dónde estén las ballenas; puede durar entre 8 y 9 horas en total, con hasta 3,5 horas de ida para llegar a las zonas de alimentación.
Sí, el transporte y las instalaciones a bordo son accesibles para sillas de ruedas.
No, no se garantiza porque las ballenas son animales salvajes y su ubicación varía.
Podrías ver ballenas jorobadas, rorcuales, cachalotes u orcas alimentándose en los fiordos.
Sí, el barco cuenta con baño disponible para los pasajeros.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o silla de paseo; también hay asientos especiales para bebés.
Sí, hay WiFi disponible durante el crucero.
Sí, en Tromsø hay opciones de transporte público cerca del embarque.
Tu día incluye navegar desde Tromsø en un barco híbrido-eléctrico diseñado para ello, con salones panorámicos y dos cubiertas; tendrás acceso a WiFi y baños durante todo el viaje por los fiordos árticos acompañado por un guía local experto, antes de regresar tras varias horas en el mar.
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