Diseña tu propio trekking por Annapurna, Langtang o Everest con un guía local que conoce cada atajo y cada historia del camino. Prepárate para paradas en aldeas auténticas, sabores sorprendentes (el té con mantequilla de yak es toda una experiencia), un ritmo flexible y momentos de asombro que llevarás contigo mucho después de limpiar tus botas.
Para ser sincero, mis botas aún estaban llenas de barro del viaje en bus cuando nos dimos cuenta de que habíamos pasado la primera parada para tomar té en la región de Annapurna. Nuestro guía, Suman, solo sonrió y se encogió de hombros, luego nos llevó por un atajo que no aparecía en ningún mapa. Así empezó todo: no como lo planeamos, pero de alguna manera mejor. El camino estaba en silencio salvo por el crujir de las piedras y el lejano sonido de campanas desde abajo. Recuerdo el olor a humo de leña que subía de un grupo de casas de piedra — me abrió el apetito antes del mediodía.
Cruzamos un pequeño puente de madera que parecía haber visto tiempos mejores (Suman solo dijo “slowly-slowly”, que es como un “tranquilo, sin prisa” universal en nepalí). Señaló unos rododendros silvestres que yo no habría notado — un rojo intenso entre tanto verde. Paramos en una aldea donde una anciana nos ofreció té salado con mantequilla de yak. Intenté agradecerle en nepalí; se rió y me corrigió con cariño. Fue incómodo pero cálido, ¿sabes?
El clima cambiaba constantemente — sol un momento, niebla al siguiente. A veces caminábamos una hora sin hablar, solo el sonido de las botas sobre la tierra y el viento silbando entre las banderas de oración colgadas en el camino. Otras veces Suman contaba historias de su infancia cerca de Langtang o señalaba qué picos pertenecían a qué dioses. El ritmo nunca fue apresurado; si alguien necesitaba descansar o quería sacar fotos (culpable), nadie se molestaba.
No esperaba que esos pequeños momentos se quedaran tanto conmigo — el sabor del dal de lentejas después de una subida larga, o ver cómo las nubes se despejaban sobre Machapuchare al amanecer mientras todos guardábamos silencio por primera vez. Hubo días en que mis piernas protestaban pero mi mente estaba más clara que en años. Incluso ahora, semanas después, me sorprendo pensando en esas mañanas en la montaña y deseando poder guardar ese aire en una botella.
El trekking requiere al menos un nivel moderado de condición física; no se recomienda para principiantes con problemas de salud.
Sí, las rutas son totalmente personalizables según tus deseos y condición física.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del punto de partida.
El almuerzo y la cena de tu guía están incluidos; consulta si tus propias comidas están cubiertas al reservar.
No, no se recomienda hacer este trekking durante el embarazo.
Puedes elegir entre trekkings de un día o de varios días según prefieras.
Tu viaje incluye el alojamiento del guía, así como su almuerzo y cena durante todo el trekking; también tendrás acceso a transporte público cercano si lo necesitas antes o después de comenzar tu aventura.
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