Conoce a los locales que hacen latir Windhoek hoy—desde los mercados vibrantes de Katutura hasta momentos tranquilos en Christuskirche. Prueba Kapana BBQ y gusanos mopane (si te atreves), escucha historias personales sobre la independencia y visita un taller de mujeres—todo con recogida incluida.
“No puedes conocer Windhoek si no visitas Katutura,” nos dijo Jonas, nuestro guía, con una sonrisa mientras se ajustaba la gorra bajo el sol de la mañana. Apenas había terminado mi café cuando ya estábamos frente a Christuskirche, esa vieja iglesia de arenisca con una mezcla curiosa de detalles alemanes y africanos. Jonas saludó a una mujer que vendía periódicos cerca—parecía que todos lo conocían. Dentro de la iglesia (que estaba abierta, qué suerte), el aire fresco olía a cera y madera pulida. Traté de imaginar cómo habría sido este lugar hace cien años. Difícil con el ruido del tráfico afuera.
Seguimos paseando por los jardines del Parlamento, pasando niños en uniforme que se reían y un hombre mayor barriendo hojas en montones ordenados. Jonas nos señaló las estatuas—la de Dr. Sam Nujoma era imposible de pasar por alto—y nos contó sobre la lucha por la independencia de Namibia. No le puso paños calientes; había orgullo pero también una carga cuando hablaba del colonialismo. El Museo Nacional de Namibia estaba cerca, y adentro parecía que el tiempo se detenía—muchas fotos silenciosas, banderas antiguas, incluso algunas máquinas de escribir gastadas. Es curioso cómo los objetos pueden tener tanto peso.
El verdadero cambio llegó cuando entramos en el barrio Katutura. El centro quedó atrás y de repente todo era más intenso—música saliendo de pequeñas tiendas, niños corriendo entre los puestos, olores de carne a la parrilla que llenaban el aire. Jonas explicó que más de la mitad de la población de Windhoek vive aquí. Paramos en un mercado donde probé Kapana por primera vez (carne salada y ahumada recién hecha) y luego gusanos mopane—que dudé en probar, pero bueno, cuando estés en Namibia… Li se rió al verme poner cara; parece que necesito práctica.
La última parada fue en el proyecto de mujeres Penduka—la luz del sol reflejándose en los tejidos batik colgados, mujeres charlando mientras bordaban. Había algo reconfortante en verlas trabajar; tal vez porque era algo estable en medio de toda la historia cambiante que habíamos escuchado. De camino al hotel no dejaba de pensar en cuántas Windhoek existen a la vez—capas que solo notas si alguien te las señala.
El tour dura unas 3 horas en total.
Sí, probarás delicias locales como Kapana BBQ y gusanos mopane en un mercado de Katutura.
Sí, la recogida y el regreso al hotel están incluidos.
Visitarás Christuskirche, los jardines del Parlamento, el Museo Nacional de Namibia, el barrio Katutura (con su mercado) y el proyecto de mujeres Penduka.
Niños de 5 años en adelante pueden participar, siempre acompañados por un adulto.
El idioma principal es inglés; consulta con anticipación si necesitas otro idioma.
Tu tarde incluye recogida y regreso en minivan con aire acondicionado, guía local experto durante todo el recorrido por Windhoek y Katutura, agua embotellada para el viaje y degustaciones en un mercado local antes de llevarte de vuelta seguro a tu alojamiento.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?