Recorre los vastos valles y bosques de Mongolia con un guía local, duerme en yurts junto a familias nómadas, monta a caballo entre ruinas y cascadas, relájate en aguas termales y observa caballos salvajes de Przewalski en Khustai — experiencias que perduran mucho después de volver a casa.
Salimos de Ulaanbaatar antes del amanecer, mientras las luces de la ciudad se apagaban detrás de nosotros y la furgoneta saltaba por el camino rumbo a Karakorum. Nuestro guía, Batbayar, tenía una forma de contar historias que hacía que la antigua capital cobrara vida — casi podía imaginar las viejas murallas bajo mis botas cuando visitamos el monasterio Erdenezuu. El incienso dentro era intenso y dulce, y un monje me sonrió cuando casi me tropiezo. Más tarde, nos sentamos junto al Muro del Imperio Mongol, con el viento tirando de nuestras chaquetas. Traté de pronunciar “Kharkhorin” bien — Batbayar solo sonrió.
El día siguiente fue pura acción: condujimos por caminos polvorientos hasta la cascada Ulaan Tsutgalan, y luego bajamos caminando mientras la bruma fresca me mojaba la cara. Las rocas de basalto eran ásperas al tacto; se escuchaba el agua golpear desde lejos. Esa noche dormimos en una yurt familiar — el aire olía a humo de la estufa y las risas de los niños de nuestros anfitriones resonaban afuera. El tercer día, montar a caballo fue a la vez torpe y liberador (mis muslos aún lo recuerdan), pero ver manadas de caballos galopando por el valle del Orkhon fue otra historia. Ahí comprendí lo inmenso que es este lugar.
Luego llegaron las aguas termales de Tsenkher — el vapor subía en el aire perfumado a pino mientras relajábamos los músculos cansados. No esperaba ver tantos yaks cerca ni sentirme tan tranquilo después de días de polvo y viento. En la reserva natural Khogno Khan conocimos a otra familia nómada que nos ofreció té de leche salada (traté de no poner mala cara). Subir las laderas rocosas con ellos, encontrar huellas de ciervo en la arena suave cerca de las dunas Elsen Tasarkhai… fue como si el tiempo se detuviera un rato.
En nuestro último día entramos al parque nacional Khustai justo cuando el sol empezaba a colarse entre las nubes. Los caballos de Przewalski mantenían distancia — salvajes y cautelosos — pero verlos correr junto al río Tuul valió cada bache del camino. Aquí hay una calma que se queda contigo incluso después de irte; a veces aún escucho esos cascos por la noche.
El tour dura 6 días.
Sí, se pernocta en yurts familiares o campamentos turísticos cada noche.
El itinerario menciona comidas tradicionales con familias nómadas, pero no especifica todas; consulta con el operador para más detalles.
Harás senderismo, montarás a caballo y en camello, visitarás monasterios y cascadas, te bañarás en aguas termales y conocerás familias nómadas.
Sí, la recogida está incluida en la reserva.
Hay asientos especiales para bebés; sin embargo, no es recomendable para embarazadas ni personas con problemas cardiovasculares.
Visitarás el parque nacional Khustai para ver caballos salvajes de Przewalski (Takhi).
Tu viaje incluye recogida por un guía local en Ulaanbaatar, todos los traslados entre sitios como Karakorum y Khustai, noches en yurts familiares o campamentos turísticos, excursiones guiadas y paseos a caballo, además de visitas a monasterios y maravillas naturales — todo acompañado de la auténtica hospitalidad de familias nómadas en el camino.
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