Navega por los canales de Xochimilco en una colorida trajinera guiada por locales que te acompañan con música, risas y relatos. Participa en un concurso de guacamole, disfruta fruta fresca y bebidas ilimitadas mientras escuchas leyendas sobre islas embrujadas. Prepárate para bailar espontáneamente y hacer nuevos amigos — un día que no olvidarás.
“¿Quieres probar este? ¿Más limón?” Me dijo Rosa mientras me pasaba el tazón, con las manos aún pegajosas de aplastar aguacates. Apenas habíamos zarpado del muelle en Xochimilco cuando empezó la música — algo de cumbia, pero yo estaba más atento a los colores de todas esas trajineras que navegaban a nuestro lado. El aire olía a agua de canal y limón recién cortado. No esperaba reírme tanto solo por intentar pronunciar ‘chapulines’ (Li se rió cuando lo intenté en mandarín — seguro lo arruiné), pero así es aquí.
Nuestra guía (creo que se llamaba Mariana) nos mantenía con cervezas frías y vasitos de plástico con mezcal. Contaba historias sobre los canales — cómo Xochimilco es como los pulmones de la Ciudad de México, o al menos sus pulmones fiesteros. En un momento pasamos junto a la Isla de las Muñecas. Se veía aún más rara de lo que imaginaba — caras de plástico descoloridas enredadas en ramas. Alguien puso una canción de mariachi en el teléfono y por un instante todo se sintió extraño y familiar a la vez.
Me puse competitivo con el concurso de guacamole (sin pena), pero la verdad mi versión quedó demasiado salada. Había snacks por todos lados — naranjas, totopos, hasta pulque si querías probar. El sol se escondía y aparecía entre las nubes, dándonos ráfagas de luz cálida en la cara, luego sombra otra vez. Hicimos paradas para ir al baño (gracias a Dios), y tenían bloqueador y gel antibacterial por si olvidabas los tuyos. Era fácil simplemente estar ahí, flotando con gente de todos lados, compartiendo comida y chistes malos.
Al final estaba lleno de fruta y probablemente con demasiado tequila, pero sobre todo feliz-cansado de platicar con extraños que ya no se sentían así. A veces todavía escucho ese ritmo de cumbia en la cabeza cuando estoy en casa lavando los platos — casi quisiera poder embotellar esa sensación.
El recorrido en trajinera dura aproximadamente 2 horas.
Sí, durante el tour tienes cerveza, tequila, mezcal, refrescos, jugos, agua mineral y agua embotellada ilimitados.
Sí, los viajeros pueden participar en un concurso de guacamole con ingredientes frescos que se proporcionan a bordo.
Sí, se pueden adaptar todas las dietas, solo avisa a tu guía con anticipación.
El tour ofrece opciones de recogida; revisa los detalles al reservar.
Sí, el tour incluye paradas para baño.
Sí, el transporte es accesible para sillas de ruedas; solo hay un pequeño escalón para subir a la trajinera.
Usa ropa cómoda y calzado antideslizante; lleva algo de efectivo porque no hay cajeros en Xochimilco.
Tu día incluye snacks como fruta fresca en rebanadas y totopos; todos los ingredientes para preparar tu propio guacamole; cerveza, tequila, mezcal ilimitados (más refrescos); degustación de pulque; uso de bocina para música; bloqueador solar; gel antibacterial; paradas para baño; utensilios; agua embotellada; y guías locales amigables que cuidan que todo salga perfecto de principio a fin.
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