Comienza tu día con recogida en hotel en Ciudad Valles y pan de canela en el camino hacia el jardín surrealista de Xilitla. Recorre senderos cubiertos de musgo y pozas ocultas antes de almorzar en el pueblo, luego visita el Abismo Huahuas para ver un espectáculo único de golondrinas. Un día lleno de sorpresas y paisajes inolvidables.
Confieso que antes solo había visto fotos del jardín de Edward James en Xilitla: esos arcos cubiertos de musgo y escaleras retorcidas parecían sacados de un sueño. Pero al estar ahí, con el aire denso y verde tras el camino desde Ciudad Valles, todo se sentía más extraño y fascinante de lo que imaginaba. Nuestro guía, Miguel, que creció cerca, nos contó que James solía nadar desnudo en las pozas — me hizo reír imaginar a ese inglés paseando así por la selva. Las piedras aún estaban resbalosas por la lluvia de la noche anterior, así que avanzamos despacio. En un momento me detuve solo para escuchar: pájaros, el agua a lo lejos, la radio de alguien que llegaba desde el pueblo abajo.
El viaje tenía su propio ritmo. Salimos en una van justo después del desayuno — no muy temprano, lo cual agradecí — y en el camino Miguel se detuvo para comprar pan de canela. Estaba tibio, suave por dentro y espolvoreado con azúcar y canela. No soy mucho de pan, pero me comí dos piezas sin arrepentirme. En el pueblo de Xilitla almorzamos en un lugar que Miguel juraba era “el mejor”, y la verdad, pudo tener razón — pollo con mole que sabía a horas de dedicación. Luego hubo tiempo para perderse un rato; yo terminé viendo a dos señores jugar dominó afuera de una tienda mientras un perro callejero intentaba dormir bajo mi silla.
Después llegó el Abismo Huahuas — nombre que suena dramático, pero es un sumidero salvaje escondido entre árboles. La caminata fue más larga de lo que pensé (¿1 km? quizá más si cuento mis zigzags), pero valió la pena por lo que pasó después: de repente miles de golondrinas empezaron a girar sobre nuestras cabezas, zambulléndose en el abismo como si alguien hubiera encendido un interruptor. El sonido era intenso y vivo — alas por todos lados, gente a mi alrededor mirando al cielo con la boca abierta. Intenté grabarlo, pero honestamente, esa sensación no se captura en un teléfono.
De regreso paramos a tomar un helado (en El Palmar — coco para mí), con las piernas cansadas pero todos con una sonrisa que reflejaba el día. Es curioso cómo lugares que apenas conocías pueden quedarse contigo así. A veces, cuando el ruido de casa se vuelve mucho, recuerdo estar junto a ese abismo, escuchando solo alas.
Son unos 81 km en van, que suelen tomar alrededor de 2 horas según el estado de la carretera.
Sí, incluye recogida y regreso al hotel en Ciudad Valles.
Almorzarás en un restaurante local en Xilitla; los platillos pueden incluir especialidades regionales como pollo con mole.
La caminata es de aproximadamente 1.2 km por tramo en terreno irregular; se recomienda tener condición física moderada.
Incluye un snack más tarde; también puedes comprar pan de canela y café en las paradas matutinas.
Sí, los niños pueden unirse pero deben estar acompañados por un adulto.
El tour sale alrededor de las 8:50 am desde Ciudad Valles.
El guía principal habla español; el inglés puede estar disponible bajo solicitud, pero no está garantizado.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Ciudad Valles, transporte en van con aire acondicionado, entrada al jardín surrealista Las Pozas en Xilitla, snacks durante el recorrido (incluyendo una parada para helado casero), almuerzo tradicional en el pueblo y guía experto que conoce cada rincón antes de regresar por la tarde.
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