Camina por las ruinas silenciosas de Teotihuacan antes de que lleguen las multitudes, sube pirámides milenarias con un guía local que comparte historias auténticas (y bromas), y recorre la Calzada de los Muertos bajo la luz del amanecer. Incluye traslado desde Ciudad de México y sorpresas en el camino.
“Esta parte no te la puedes perder,” sonrió nuestro guía Ernesto mientras bajábamos de la van justo a las afueras de Teotihuacan. Apenas eran las 9 de la mañana y todavía sentía el sabor fuerte del café de Oxxo que tomamos en la parada — la verdad, un salvavidas porque había olvidado desayunar. El aire estaba fresco y seco, con un leve aroma a polvo y algo dulce, ¿quizá agave? Empezamos a caminar por la Calzada de los Muertos mientras Ernesto señalaba murales desgastados que yo no habría notado por mi cuenta. Casi no había más grupos todavía, solo nosotros y un par de vendedores que estaban acomodando sus mantas, uno silbando suavemente mientras ponía figuritas de obsidiana.
No tenía muy claro qué esperar de las Pirámides del Sol y la Luna. Son... enormes. Te paras abajo y te duele el cuello de tanto mirar hacia arriba. Subirlas no es cosa fácil (Ernesto también nos advirtió), pero lo hice igual. Las piernas me ardían y la camiseta se me pegaba en la espalda cuando llegué a la cima — pero wow, esa vista de Teotihuacan con la luz de la mañana todavía me viene a la mente. Se ve hasta donde alcanza la vista: las plazas de piedra abajo, puntitos que son personas moviéndose. Alguien del grupo intentó pronunciar “Quetzalcóatl” bien; Li se rió cuando escuchó mi intento — lo dije fatal.
Después de casi tres horas recorriendo templos y plazas, tuvimos tiempo libre para curiosear los puestos cerca de la salida. Sin presiones ni vendedores insistentes, solo locales charlando tranquilo y un niño persiguiendo a un perro callejero entre los puestos de souvenirs. Al mediodía ya estábamos de vuelta en la van rumbo a Ciudad de México — cansados pero con una paz rara. No esperaba sentirme tan conectado con un lugar construido hace tanto tiempo, ¿sabes?
El tour dura entre 5 y 6 horas, incluyendo el traslado desde Ciudad de México.
El tour incluye recogida en un vehículo con aire acondicionado desde un punto céntrico en Ciudad de México.
El trayecto es de aproximadamente 50 minutos en cada sentido entre Ciudad de México y Teotihuacan.
Hay una breve parada a mitad de camino para tomar café o comprar algo antes de llegar a Teotihuacan.
Sí, después de la parte guiada tendrás tiempo libre para visitar los puestos de vendedores locales.
Los bebés y niños pequeños pueden unirse; se dispone de cochecitos y asientos especiales para ellos.
El sitio requiere un nivel moderado de condición física; subir las pirámides puede ser complicado para algunos viajeros.
Tu día incluye transporte ida y vuelta en vehículo con aire acondicionado desde Ciudad de México, entrada a la zona arqueológica de Teotihuacan con un guía local experto que te llevará por templos y pirámides, además de una parada rápida para café en el camino antes de regresar a primera hora de la tarde.
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