Recorrerás las ruinas sobre el acantilado de Tulum con un guía local que revive la historia, harás snorkel en arrecifes caribeños llenos de vida y tortugas, y te refrescarás nadando en un cenote escondido en la selva antes de compartir tacos frescos bajo las palmeras. Prepárate para pequeñas sorpresas — como la salsa picante o la luz que juega en piedras milenarias — que te quedarán grabadas mucho tiempo.
“No te preocupes si no puedes pronunciar ‘Xtabentún’,” sonrió nuestro guía Luis mientras nos entregaba agua fría justo después de bajarnos de la van cerca de las ruinas de Tulum. Apenas había dormido, pero el aire salado me despertó al instante — hay algo en esa mezcla de polvo de piedra caliza y brisa marina que te hace sentir que estás en un lugar antiguo y especial. Luis nos llevó por los senderos desgastados, deteniéndose para señalar restos de pintura roja en la pared de un templo. Nos contó que los mayas construyeron esta ciudad mirando hacia el amanecer por una razón. Traté de imaginarme despertando aquí cada día con ese mar Caribe azul salvaje justo abajo.
Las ruinas son más pequeñas de lo que esperaba, pero de alguna forma más impresionantes — tal vez por cómo las iguanas se asolean sobre las piedras o cómo el viento recoge fragmentos de conversación de otros visitantes. Después de una hora, manejamos hasta una pequeña playa donde los barcos de pesca se mecen en aguas poco profundas. El arrecife está cerca de la orilla; Luis nos pasó los snorkels y aletas (las mías no paraban de resbalar) y lo seguimos hacia el agua tibia y cristalina. Peces por todos lados — destellos amarillos, turquesas, hasta una tortuga que parecía dueña del lugar. Me tragué un poco de agua salada intentando seguirle el ritmo, pero la verdad es que no me importó.
El almuerzo fue tacos bajo una palapa, con tortillas aún humeantes de la sartén. La salsa picaba más de lo que suelo aguantar — Luis se rió cuando tosí y me pasó una rodaja de lima, diciendo que ayuda (y sí, ayudó). La última parada: el Cenote Jaguar, escondido en la selva espesa donde la luz del sol se filtra entre las hojas y se refleja en el agua azul fría. Las rocas alrededor se sentían resbalosas y milenarias bajo mis pies. Saltar fue como reiniciar mi mente — un frío intenso, luego una calma total mientras flotaba mirando las raíces enredadas arriba.
No esperaba sentirme tan conectado con este lugar — o tal vez era solo la tranquilidad después de tanto color y ruido. De cualquier forma, todavía recuerdo esa primera bocanada bajo el agua junto al arrecife. Si tienes oportunidad de hacer esta excursión desde Tulum o incluso desde Playa del Carmen o Cancún… no la dejes pasar.
Sí, el transporte privado ida y vuelta incluye recogida en tu hotel.
Es un trayecto corto — generalmente menos de 20 minutos desde las ruinas hasta la playa para hacer snorkel.
Sí, se incluye todo el equipo y un guía local bilingüe que lidera la experiencia en español o inglés.
Sí, se sirven tacos auténticos preparados por chefs mayas durante el almuerzo.
Los bebés pueden unirse; se ofrecen cochecitos y asientos especiales para bebés bajo pedido.
Este tour no se recomienda para embarazadas ni personas con lesiones en la columna o problemas cardiovasculares.
Por favor, aplica el protector solar solo en el hotel y después de las actividades acuáticas; incluso los biodegradables dañan los arrecifes.
Tu día incluye transporte privado ida y vuelta con recogida en hotel, entradas a las ruinas de Tulum y al Cenote Jaguar, uso de equipo de snorkel en el arrecife, guía local bilingüe durante toda la experiencia, y un auténtico almuerzo de tacos preparados por chefs mayas antes de regresar relajado (y probablemente con arena).
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