Recorrerás en ATV las montañas de la Sierra Madre en Puerto Vallarta con un guía local, cruzarás arroyos, te refrescarás en la cascada Agua Zarca y luego disfrutarás de un almuerzo y cata de tequila en Rancho Mi Abuelo. Risas, zapatos embarrados, tortillas auténticas y momentos que recordarás mucho después de dejar esos caminos polvorientos.
Lo primero que recuerdo es el polvo — ese polvillo cálido y fino que se pegaba a mis brazos mientras levantábamos tierra en el camino fuera de Puerto Vallarta. Nuestro guía, Armando, me pasó casco y gafas con una sonrisa que parecía decir “ya he visto a muchos nerviosos como tú”. Los ATVs rugían más fuerte de lo que esperaba, y la verdad, al principio estaba un poco tembloroso (me quedé atascado una vez — Armando solo me guiñó un ojo). Nos adentramos directo a las faldas de la Sierra Madre, donde el verde parece no acabar nunca. Se huele la tierra mojada y un aroma casi dulce de los árboles. Hay un momento en que subes una colina y de repente solo ves montañas — el silencio es total, solo se oyen pájaros y el motor enfriándose. No supe cuánto necesitaba ese silencio hasta ese instante.
Paramos en el Mirador del Coyote para descansar un poco (y para que Armando nos contara historias de un viejo pueblo minero — jura que la mitad son verdad). El recorrido no es solo caminos rectos; hay tramos rocosos, arroyos que cruzamos salpicando (mis zapatos se empaparon en segundos), y hasta pequeños pueblos donde los niños saludan al pasar. Después de más o menos una hora llegamos a la cascada Agua Zarca. El agua estaba fría, mucho más de lo que imaginaba — pero después de tanto polvo fue justo lo que necesitaba. Algunos se metieron a nadar; yo me senté en una roca con los pies en el agua y vi cómo el sol jugaba con el río. Un chico intentó meterse detrás de la cascada, pero resbaló y todos nos reímos, él incluido.
Almorzamos en Rancho Mi Abuelo — un lugar al aire libre con gallinas caminando y tortillas hechas a mano sobre el fuego. Nos enseñaron a hacerlas (la mía parecía un mapa de México). Las margaritas aquí son con limones orgánicos de sus propios árboles; juro que saben diferente después de tanta aventura. Luego vino la cata de tequila — ahumado, dulce, picante, según el que pruebes. Nos sirvieron pequeñas muestras y nos explicaron cuáles son para beber despacio y cuáles para tomar de un trago (yo hice ambas cosas, sin arrepentimientos). Todo se sintió como ser parte de un secreto familiar.
El regreso fue más tranquilo — el sol bajaba, todos cansados pero contentos. Tenía los brazos adoloridos de agarrar el manillar, pero era ese cansancio bueno que solo sientes cuando haces algo nuevo. Si estás pensando en un tour en ATV por Puerto Vallarta, hazlo sin dudar. Tendrás polvo en los dientes y quizás arruines un poco el español como yo (“¿más lento?”), pero en serio, a veces sigo pensando en esa vista desde arriba cuando el ruido vuelve a casa.
El paseo en ATV dura alrededor de 1 hora y 20 minutos por tramo, más paradas para miradores, baño en la cascada, almuerzo y cata de tequila.
No, la comida y bebidas en Rancho Mi Abuelo no están incluidas; puedes comprar desayuno o almuerzo ahí.
No se requiere experiencia previa; los guías dan instrucciones de seguridad y equipo antes de comenzar.
Sí, la edad mínima como pasajero es 6 años, y para conducir es 16 años con permiso válido y firma de un adulto.
No incluye transporte; debes llegar 10 minutos antes al campamento base para registrarte.
Ropa que pueda ensuciarse o mojarse; traje de baño si quieres nadar en la cascada.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar de reunión.
El peso máximo combinado para dos personas en un quad es de 218 kg (480 lb).
Tu día incluye todo el equipo de seguridad — casco, gafas, funda de asiento de piel — más el recargo por combustible y la guía experta de un local durante toda tu aventura en ATV por la Sierra Madre en Puerto Vallarta.
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