Te recogen directamente en tu hotel en Puebla un conductor local amable que se encarga de tus maletas y se asegura de que estés cómodo antes de salir por la carretera hacia Oaxaca. Disfruta de un viaje en coche limpio y con aire acondicionado, charla relajada (o silencio si prefieres), y hasta una parada rápida para café. Llega descansado y, quién sabe, con una o dos palabras nuevas en español.
Lo primero que noté fue cómo la luz de la mañana iluminaba los adoquines frente a nuestro hotel en Puebla: suave, con un tono dorado, y el silencio solo roto por un vendedor ambulante preparando tamales. Nuestro conductor, Martín, llegó temprano (yo aún cerraba mi maleta), sonriendo como si lo hiciera mil veces, pero con la amabilidad de preguntar si ya habíamos desayunado. Nos ayudó con las maletas, sin prisa alguna. El coche olía a un ligero aroma a limón, limpio pero nada frío, y el aire acondicionado ya estaba encendido. Pensé: esto va a ser sencillo.
Salimos de Puebla y la ciudad quedó atrás rápido, solo un borrón de colores y muros antiguos en el retrovisor. La carretera se extendía adelante, larga y constante. Había leído que este traslado privado de Puebla a Oaxaca dura unas cuatro horas, pero no se sintió tan largo. Martín señaló cuando cruzamos a Oaxaca; no hay señal ni nada llamativo, solo un cambio sutil en el paisaje: colinas más secas y sombras de cactus en la carretera. Puso la radio local bajito (muchas baladas), y en un momento nos reímos porque intenté pronunciar “Tehuacán” bien (fallé). Es curioso cómo esos pequeños momentos quedan más grabados que cualquier otra cosa.
Me quedé dormitando un rato—el sonido de las llantas sobre el asfalto es casi hipnótico—y desperté cuando Martín preguntó si queríamos parar a tomar café en un puesto a un lado de la carretera. El aire afuera estaba cálido y polvoriento, olía a granos tostados y a diesel de los camiones que pasaban. Estiramos las piernas; vi a un hombre mayor servir café en vasos de plástico con manos que apenas temblaban. De vuelta en el coche, con las ventanas cerradas, el último tramo hacia Oaxaca se sintió a la vez rápido y lento—esa sensación de estar casi en un lugar nuevo. No dejaba de buscar las primeras vistas de los edificios coloridos.
Martín nos dejó justo en la puerta del alojamiento. Esperó a que encontráramos las llaves antes de irse—un detalle pequeño, pero que se agradece tras un viaje largo. Todavía recuerdo ese momento tranquilo al salir al calor de la tarde oaxaqueña—cansado, pero con una extraña gratitud por un viaje tan fácil.
El viaje dura aproximadamente 4 horas por carretera con servicio directo.
Sí, el conductor te recoge directamente en tu hotel o alojamiento en Puebla.
Sí, todos los peajes están cubiertos en la reserva.
El conductor te asistirá con las maletas tanto al subir como al bajar.
Sí, los vehículos para este traslado cuentan con aire acondicionado.
Los bebés pueden viajar, pero deben ir en el regazo de un adulto durante el trayecto.
Los animales de servicio están permitidos en este traslado privado.
Sí, el seguro de viaje está incluido en el servicio.
Tu viaje incluye recogida privada en hotel en Puebla por un conductor local que ayuda con el equipaje, todos los peajes en la ruta hacia Oaxaca, seguro de viaje durante todo el trayecto y transporte en vehículo con aire acondicionado para tu comodidad, incluso si prefieres dormir casi todo el camino.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?