Montarás caballos rescatados y tranquilos por los senderos de la selva en Playa del Carmen, en grupos pequeños de máximo 6 personas, guiados por locales que conocen cada rincón. Disfruta snacks antes de montar (si vas por la mañana), agua durante el paseo y bebidas al regresar al rancho, además de tiempo para conectar con los animales y la gente.
Lo primero que noté fue el suave roce de los cascos sobre la tierra compacta — no era un ruido fuerte, sino constante, casi como un latido bajo los árboles. Apenas llegamos a Rancho Baaxal, cerca de Playa del Carmen, cuando uno de los perros del rancho se acercó trotando y se apoyó en mi pierna. Olía a heno fresco y algo dulce, tal vez de los pasteles que nos habían puesto (no pude resistirme y me comí uno). Nuestra guía, Ana, nos preguntó sobre nuestra experiencia y asignó un caballo a cada uno — dijo que el mío era “un poco testarudo pero fiel”, y la verdad, me pareció muy acertado.
Había montado a caballo un par de veces antes, pero nunca por senderos en la selva como estos. El aire estaba denso y verde, con rayos de sol que se colaban entre las hojas. A veces se hacía tan silencioso que podías escuchar a los pájaros discutiendo en lo alto; otras, Ana señalaba alguna planta o contaba la historia de rescate de alguno de los caballos. Se rió cuando intenté pronunciar “Baaxal” correctamente — definitivamente no lo logré. Hay algo en avanzar despacio por ese paisaje que te hace fijarte en detalles pequeños: cómo cruje la silla o cómo tu caballo mueve las orejas cuando le hablas.
Paramos a mitad de camino para tomar agua (nos dieron botellas frías de una mochila) y Ana nos mostró una fruta extraña que crecía silvestre junto al sendero. Aún recuerdo esa vista entre los árboles — raíces enredadas y rayos de luz que aparecían de repente. De regreso, algunos más experimentados trotaron un poco adelante mientras los demás íbamos más tranquilos. Al llegar al rancho, nos esperaban vino y cerveza fríos (yo opté por jugo, ya estaba bastante sudado). Los caballos también recibieron sus premios, lo cual me pareció justo.
El paseo dura alrededor de 1.5 horas, sin contar el tiempo antes y después en el rancho.
El peso máximo permitido es de 90 kg (200 lbs) con un IMC máximo de 30.
Sí, en Rancho Baaxal todos los participantes reciben casco para montar.
Sí, los paseos matutinos incluyen café, té, jugo y pasteles; los de la tarde ofrecen bebidas y snacks ligeros al regresar.
El grupo está limitado a seis jinetes por paseo.
No, los caballos se asignan según tu nivel; los principiantes son bienvenidos.
No hay una edad específica, la aptitud se evalúa según tamaño, peso y condición física por el personal.
No incluye transporte, pero hay opciones de transporte público cerca.
Tu día incluye asignación de un caballo rescatado según tu experiencia, casco para montar, agua embotellada durante el paseo por la selva, además de café, té o jugo con pasteles antes de los paseos matutinos — o vino, cerveza o bebidas sin alcohol con snacks al regresar por la tarde en Rancho Baaxal.
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