Si quieres conocer el lado salvaje de Chiapas—nadar en ríos azules, caminar detrás de cascadas y subir pirámides mayas rodeadas de selva—este tour de un día lo tiene todo sin prisas.
La camioneta llegó antes del amanecer—todavía oscuro, el aire fresco como para llevar suéter. Salimos de San Cristóbal, serpenteando entre cerros cubiertos de neblina mientras el cielo se teñía de rosa. Después de unas horas (y una parada rápida para un café fuerte en un puesto a la orilla del camino), llegamos a Agua Azul. Lo primero que te llega es el sonido: agua cayendo sobre escalones de piedra caliza, resonando entre los árboles. Metí los pies en una de las pozas más tranquilas—al principio helada, pero al minuto se sentía perfecta. Los vendedores ya estaban instalándose, ofreciendo mango con chile y limón. Caminamos por el sendero junto a las cascadas; se huele la tierra mojada y se escuchan los pájaros cantando arriba. Si te animas, hay tiempo para nadar o simplemente sentarte a ver a los niños locales jugar en el agua.
Después fuimos a Misol-Ha—una cascada de una sola caída escondida en la selva espesa. El ruido es fuerte, casi como un trueno cuando te acercas. Hay un sendero estrecho detrás de la cortina de agua; me metí y terminé empapado con el rocío, pero valió la pena ver cómo la luz del sol se colaba desde atrás. Algunos se animaron a nadar rápido en la poza de abajo—el agua está fría pero limpia.
Al mediodía llegamos a las ruinas de Palenque. Después de tantas horas en carretera, entrar a esa ciudad antigua se siente casi irreal. Las pirámides emergen entre la selva verde y densa; a veces se escuchan los monos aulladores desde arriba (en serio, suena como un trueno lejano). Nuestro guía contó historias sobre Pakal y la astronomía maya mientras subíamos al Templo de las Inscripciones—las vistas se extienden hasta donde alcanza la vista si el cielo está despejado. Puedes caminar entre piedras cubiertas de musgo y relieves tallados; siempre hay algo nuevo escondido en la sombra. Dos horas pasan volando aquí, así que recomiendo zapatos cómodos y mucha agua—bajo esos árboles se siente la humedad.
¡Sí, es un día largo! Saldrás temprano de San Cristóbal y regresarás cerca de las 10 p.m., con tiempo suficiente en cada parada.
En Agua Azul seguro puedes nadar—hay zonas tranquilas perfectas para refrescarte. En Misol-Ha también es posible nadar si las condiciones lo permiten.
En Agua Azul hay vendedores locales que ofrecen snacks como fruta o tamales. Es buena idea llevar agua extra y algo para picar por si acaso.
Tendrás tiempo libre para explorar Palenque por tu cuenta, pero a veces hay guías locales disponibles en la entrada si quieres más detalles.
Te recogen directo en tu hotel en San Cristóbal y te dejan de vuelta en el centro ya de noche. Todas las entradas (ruinas de Palenque, Agua Azul, Misol-Ha) están incluidas, además del transporte cómodo entre los sitios—solo tienes que llevarte a ti mismo (y quizá ropa seca).
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