Disfruta un paseo en camello al atardecer por la playa dorada de Los Cabos con un guía local, camina entre cactus en un sendero natural y comparte comida mexicana casera con vista al mar. Termina la noche con una cata de tequila junto a una fogata mientras el día se despide—una mezcla de risas, sabores nuevos y ese silencio mágico al ver el sol desaparecer.
Subimos a la van justo antes de que el calor de la tarde se hiciera fuerte—ventanas abajo, todos compartiendo historias sobre los camellos en Baja (yo ni sabía que había camellos aquí hasta la semana pasada). Nuestro guía, Diego, ya estaba contando chistes antes de llegar a la costa. El camino tuvo sus baches, pero se sentía el olor a salitre cada vez más cerca. Cuando finalmente bajamos, la arena estaba tibia bajo mis zapatos y se escuchaba ese murmullo constante de las olas rompiendo en la orilla, junto con algunos gritos lejanos de gaviotas que parecían pelearse por algo brillante.
Primero hicimos una caminata por un sendero entre cactus—Diego nos mostró cuáles se pueden comer (aún me cuesta creer que la gente coma cactus) y nos enseñó a ver pequeños lagartijos que se escondían entre las rocas. Luego llegó el momento estrella: conocer a nuestros camellos. El mío se llamaba Chato y tenía un parpadeo lento como si ya hubiera visto de todo. El paseo en camello por la playa no fue tan tambaleante como esperaba—solo un vaivén suave, con el sol bajando y todo tiñéndose de dorado. Alguien detrás empezó a cantar bajito (no muy bien), pero encajaba perfecto con el momento.
Después nos sentamos en largas mesas justo sobre la arena para un buffet mexicano—quesadillas caseras, mole de pollo con un toque ahumado y dulce, salsas servidas en pequeños recipientes de barro. Suena simple, pero todavía recuerdo lo fresco que olía el cilantro cuando mordí un taco. Hubo risas cuando alguien intentó pronunciar “quesadilla” bien (Li se rió cuando yo lo intenté en español—seguro lo dije fatal). Luego llegó la cata de tequila junto a una fogata mientras caía el crepúsculo; chocamos copas, alguien contó su primera experiencia con mezcal y por un momento todos nos quedamos en silencio viendo cómo el sol se hundía en el mar. Esa calma me quedó grabada más de lo que imaginé.
El tour dura unas 3 horas más el tiempo de transporte desde tu hotel.
Sí, el traslado de ida y vuelta al hotel está incluido con la reserva.
El buffet incluye quesadillas caseras, ensaladas, pasta, mole de pollo tradicional y salsas clásicas.
Sí, el buffet mexicano ofrece opciones vegetarianas.
El peso máximo es 120 kg (265 lbs); no se recomienda para embarazadas ni personas con ciertas condiciones de salud.
Sí, las bebidas alcohólicas, incluida la cata de tequila, forman parte de la experiencia.
No se permiten cámaras en el área de los camellos ni durante el paseo.
Un guía local profesional y bilingüe acompaña a tu grupo durante toda la experiencia.
Tu día incluye traslado de ida y vuelta desde tu hotel en Los Cabos, guía local bilingüe durante la caminata por el sendero de cactus y el paseo en camello por la playa, seguido de un buffet mexicano tradicional con platillos caseros y salsas clásicas. Además, disfrutarás bebidas alcohólicas, incluida una cata de tequila junto a una fogata antes de regresar al hotel tras el atardecer.
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