Sentirás el pulso acelerarse mientras recorres en ATV los senderos del desierto de Los Cabos y cruzas el puente colgante de madera más largo del mundo con un guía local. Haz pausas para hidratarte, aprende sobre las plantas nativas (y ríete de tu español) y termina con arena en los zapatos y esa emoción que solo da hacer algo un poco salvaje.
Para ser sincero, casi me echo para atrás cuando vi ese puente. Acabábamos de ponernos los cascos (el mío me quedaba un poco apretado, pero bueno), y nuestro guía, Diego, sonreía como si supiera lo que venía. El sol ya estaba calentando la arena y se sentía ese olor seco y terroso en el aire. Tenía las manos un poco temblorosas — no por nervios, quizás por el exceso de café — pero en cuanto arrancamos los ATVs y nos adentramos en el desierto cerca de Los Cabos, solo podía pensar en lo fuerte que rugían esos motores en medio del silencio.
El recorrido, la verdad, fue bastante movido en algunos tramos — aún me suenan los dientes. Pero Diego no paraba de checarnos, bajando el ritmo para mostrarnos esos pequeños grupos de cactus raros o para darnos chance de tomar agua (lleva tu propia botella o te quedas seco). En ciertos momentos, una brisa del mar nos sorprendía con ese olor salado, algo inesperado tan tierra adentro. En una parada, Diego intentó enseñarnos algunas palabras en español para las plantas — todavía no logro pronunciar “cardón” bien. Él se reía igual.
Y luego llegó el puente — 330 metros de tablas de madera que se movían sobre el vacío. Parecía más largo de lo que debería. No esperaba que el corazón me latiera así; sabes cuando estás tranquilo hasta que tienes que hacer algo? Las tablas crujían bajo las ruedas y alguien detrás soltó un grito nervioso (no sé si de emoción o miedo). Cruzarlo se sintió raro, a la vez lento y rápido. Al terminar, todos nos quedamos mirando el puente un momento — nadie dijo mucho. Aún recuerdo esa vista desde la mitad, con solo cielo azul y arbustos verdes abajo.
El puente de suspensión mide 330 metros de largo.
Sí, hay estaciones para rellenar tu botella gratis.
Sí, tienes casilleros gratuitos para tus pertenencias.
Niños desde 10 años pueden ir como pasajeros detrás.
Sí, los conductores deben tener licencia válida y ser mayores de 18 años.
No, no se recomienda para quienes tengan lesiones en la columna o condiciones cardíacas.
No, no se permiten cámaras durante el recorrido.
Sí, se paga $25 USD por persona de entrada al parque y $35 USD de seguro por vehículo en el lugar.
Tu día incluye casilleros gratuitos para tus cosas y agua ilimitada en estaciones de hidratación (solo trae tu botella). La experiencia es guiada por un local que revisa que todo esté bien mientras recorremos el desierto y cruzamos ese puente épico, para luego volver cubiertos de polvo — pero con una sonrisa de oreja a oreja.
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