Recorre los mercados artesanales de Tonalá, visita el rancho de Vicente Fernández con tu guía, prueba la comida junto al lago en Chapala y pasea por los coloridos malecónes de Ajijic. Con transporte privado y relatos locales, vivirás momentos auténticos de Jalisco que recordarás mucho después de volver a casa.
Con las manos pegajosas por el nieve de garrafa derritiéndose, intentaba seguir el paso mientras nuestra guía, Ana, nos señalaba el malecón de Ajijic. Acababa de contarnos cómo el lago cambia de color cuando llegan las nubes, y justo en ese momento, una brisa fresca del Lago de Chapala trajo ese olor a tierra mojada que solo se siente cerca del agua. Habíamos empezado el día en el centro artesanal de Tonalá, donde perdí la noción del tiempo viendo a un señor pintar tazas de barro. Sonrió cuando le pregunté sobre su técnica (mi español es básico), y me pasó una para que la tocara, todavía caliente del horno.
Después manejamos hasta el rancho de Vicente Fernández. Hubo un momento de silencio junto a su tumba, no triste, sino lleno de respeto. Un par de locales dejaban flores; Ana nos explicó lo mucho que significaba para la gente de aquí. La tienda de souvenirs cercana estaba llena de sombreros y CDs apilados por todos lados (casi me compro una hebilla, pero me eché para atrás). El camino entre paradas fue tranquilo — aire acondicionado encendido, botella de agua en mano — y Ana no paraba de señalar detalles: un mural aquí, un puesto de frutas allá. Parecía que conocía a todo el mundo.
Almorzamos en un restaurante justo a la orilla del Lago de Chapala. El pescado sabía como si lo hubieran sacado del agua esa misma mañana — ¿será que sí? No pregunté, solo disfruté despacio mientras veía a familias pasear con globos y helados. Más tarde, en Ajijic, caminamos por calles angostas pintadas de colores vivos, parando para más nieve de garrafa (Ana esta vez insistió en limón). Todavía recuerdo esa vista del lago mientras el sol se escondía tras las colinas — nada espectacular, solo un momento tranquilo y bonito.
Sí, el transporte privado con recogida está incluido en tu reserva.
Sí, bebés y niños pequeños pueden participar; se permiten cochecitos.
El tour es completamente accesible para sillas de ruedas, tanto en transporte como en todos los sitios.
Visitarás el centro artesanal de Tonalá, el rancho y tumba de Vicente Fernández, el malecón del Lago de Chapala y el pueblo de Ajijic.
No hay almuerzo incluido, pero se hacen paradas en restaurantes junto al lago donde puedes comprar comida.
El trayecto de Guadalajara al Lago de Chapala suele durar aproximadamente una hora en cada dirección.
Tu día incluye transporte privado con aire acondicionado y recogida en Guadalajara, agua embotellada durante todo el recorrido y la guía de un experto local que te ayudará a descubrir las tiendas artesanales de Tonalá, el rancho y la tumba de Vicente Fernández, además de paseos por el malecón del Lago de Chapala y Ajijic antes de regresar.
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