Sumérgete en aguas termales naturales cerca de Guadalajara con Vicente, disfruta un almuerzo BBQ casero bajo los árboles, prueba tequila en una destilería y relájate con un masaje antes de volver a tu hotel — un día tranquilo que recordarás mucho después del viaje.
Lo primero que noté fueron las manos de Vicente — siempre en movimiento, ya sea manejando la van o cortando limones para nuestras bebidas. Nos recibió afuera del hotel con una sonrisa fácil y una hielera que ya tintineaba con botellas. El camino fuera de Guadalajara fue más tranquilo de lo que esperaba; solo el murmullo lejano de la ciudad quedando atrás y el sol calentando el tablero. Alguien del grupo preguntó por las aguas termales, y Vicente sonrió: “Esperen a oler el vapor.” Tenía razón — es un aroma terroso, casi dulce, como lluvia sobre piedra.
No me di cuenta de la tensión que llevaba hasta que me metí en esas piscinas minerales. El agua se sentía densa, pero en buen sentido, como si sacara todo el ruido de mi cabeza. También había gente local — una pareja mayor que nos saludó con un gesto y siguió con su charla tranquila. En un momento, Vicente trajo pequeños cuencos de barro para mascarillas faciales (nos enseñó a aplicarlas; a mí se me pegó un poco en el cabello). El aire olía ligeramente a eucalipto, venía de algún lugar cercano. Es curioso cómo olvidas el teléfono cuando estás medio flotando así.
El almuerzo fue bajo una sombra irregular — nada lujoso, solo mesas plegables y risas. Vicente asaba chorizo y pollo mientras contaba historias de las recetas de su abuela. El guacamole era más grueso que el que hago en casa (mejor, la verdad). Probamos tequila de una destilería pequeña en el camino de regreso; intenté pronunciar “reposado” bien, pero más que nada hice reír a todos. Incluso hubo un masaje rápido después de comer — no de spa, pero manos reales deshaciendo nudos de tanto viaje. Ya entrada la tarde estábamos todos flojos y sin ganas de volver a ponernos ropa.
Todavía recuerdo ese calor lento en los huesos mientras regresábamos a Guadalajara, con las ventanas abiertas para que entrara el aire de la tarde. No solo fue relajante — fue como si alguien hubiera pausado todo por un día. Si necesitas un descanso de verdad (no solo otro tour), esta es la opción.
Se tarda aproximadamente una hora en auto desde el centro de Guadalajara hasta las aguas termales.
Sí, incluye un almuerzo BBQ completo con carne, pollo, chorizo, champiñones, guacamole y quesadillas.
Incluye un masaje de 30 minutos como parte de la experiencia del día.
El tour es accesible para sillas de ruedas y los bebés pueden participar con supervisión adulta.
Solo trae traje de baño, sandalias o chanclas, bloqueador solar y quizá una toalla si prefieres usar la tuya.
Tu día incluye traslado desde el hotel en Guadalajara con Vicente (tu conductor-guía-chef), entrada a las aguas termales con sesión de mascarilla de barro, bebidas durante todo el día incluyendo tres cervezas por persona, degustación de tequila en una destilería local, almuerzo BBQ completo bajo los árboles (opciones de carne y vegetarianas), masaje de 30 minutos para cada invitado y transporte de ida y vuelta al hotel por la tarde.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?