Pedalea por Juárez, Condesa y Roma con un guía local mientras pruebas comida callejera en mercados y puestos escondidos. Snacks, bebidas frescas, historias sobre murales y arquitectura, y tiempo para relajarte en Chapultepec, todo incluido.
¿Alguna vez intentaste pronunciar “chapulines” antes de probar uno? Yo tampoco. Así empezó nuestro tour de comida callejera, justo en el punto de encuentro en Juárez, con un snack crujiente y una bebida ácida (no recuerdo el nombre, pero era rosa y con burbujas). Nuestro guía, Diego, nos la entregó con una sonrisa como si supiera que nos sorprendería. La ciudad ya estaba viva — bocinas, vendedores gritando, el aroma de masa flotando cerca. Fue como meterse de lleno en la rutina diaria de alguien más.
Después pedaleamos rumbo a Condesa, casi todo por ciclovías (lo que, sinceramente, me tranquilizó mucho más de lo que esperaba). Diego no paraba de señalar edificios art déco que yo jamás habría notado — hasta nos detuvo un momento para mostrar un mural medio escondido tras bugambilias. En un instante, pasó un paseador con como diez perros enredados y todos soltamos una carcajada. No fue un paseo apresurado; nos tomamos tiempo para respirar el aroma de las jacarandas y dejar que la ciudad bajara un poco el ritmo.
El mercado en Roma todavía me ronda la cabeza — no porque fuera lujoso, sino por lo vivo que se sentía. Puestos llenos de chiles y nopales, gente regateando aguacates. Probamos quesadillas (con o sin queso — aquí es todo un debate) y una agua fresca que sabía a pepino y limón al mismo tiempo. Li, de nuestro grupo, intentó pedir en español y la vendedora le dio un choque de manos por el esfuerzo. Tenía las manos pegajosas de jugo de mango, pero no me importó nada.
El parque Chapultepec fue nuestra última parada — árboles enormes arriba, rayos de sol colándose entre las hojas y reflejándose en viejos monumentos que Diego nos fue contando. No esperaba sentir tanta calma después de todo el ruido anterior. Había un rincón de césped donde familias hacían picnic y yo solo quería quedarme horas ahí sentado. Terminamos compartiendo los snacks que sobraron bajo la sombra antes de regresar. Aún hoy, cuando huelo elotes asados en la calle, me transporto directo a ese momento.
Sí, toda la comida y bebidas están incluidas durante el tour.
Sí, la mayoría del recorrido se hace por ciclovías seguras.
Sí, siempre hay buenas opciones vegetarianas en cada parada.
El tour recorre Juárez, Condesa, Roma y el parque Chapultepec.
El recorrido se divide con paradas; la distancia es cómoda para la mayoría.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del inicio y final del tour.
No, este tour no se recomienda para embarazadas.
Tu día incluye todas las degustaciones de comida callejera y bebidas en puestos seleccionados de Juárez, Condesa y Roma, además de la entrada al parque Chapultepec; estarás acompañado por un guía local que comparte historias culturales mientras recorres ciclovías seguras en CDMX.
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