Recorre la historia de Ciudad de México en la Plaza de las Tres Culturas, detente en el silencio iluminado por velas de la Basílica de Guadalupe y explora las pirámides de Teotihuacán con un guía local que revive leyendas. Con traslado desde tu hotel y tiempo para comer cerca, disfrutarás de historias y espacio para perderte — y quizás una nueva forma de ver lo que perdura.
Lo primero que me llamó la atención fue cómo la luz de la mañana iluminaba las piedras en la Plaza de las Tres Culturas — suave, pero lo bastante intensa para hacerte entrecerrar los ojos. Nuestra guía, Marisol, nos llamó y señaló dónde las ruinas aztecas se juntan con las paredes de la iglesia española. Nos contó que ese lugar guarda capas de historia en una sola mirada. Cerca, un grupo de niños practicaba el himno del Día de la Independencia (un poco desafinados, la verdad), y eso me sacó una sonrisa. Es curioso cómo la vida sigue girando alrededor de estas piedras antiguas.
Hicimos una parada rápida en la Basílica de Guadalupe. Aunque no seas religioso (yo no lo soy), hay algo en el silencio dentro que se siente pesado y a la vez tierno. Velas por todos lados, gente persignándose — intenté quedarme callado y solo observar. Marisol nos explicó por qué tanta gente viene aquí cada año; incluso nos mostró un rincón donde los peregrinos dejan fotos y notas para sus seres queridos. No esperaba sentir mucho, pero… sí, me llegó.
El viaje hacia Teotihuacán duró cerca de una hora — tiempo suficiente para que el ruido de la ciudad se fuera diluyendo entre campos y puestos polvorientos que venden pulque y dulces de nopal (compré algunos; tienen una textura rara, como chicle). Cuando finalmente llegamos a la Pirámide de Quetzalcóatl, Marisol empezó a contarnos historias sobre dioses que nacieron aquí. La Calzada de los Muertos se extendía frente a nosotros, ancha y quemada por el sol. Subir esos escalones antiguos no fue fácil (mis rodillas protestaron), pero estar arriba, con el viento en la cara y la Ciudad de México borrosa a lo lejos… esa vista todavía me viene a la mente.
El almuerzo era opcional cerca del sitio — terminamos compartiendo tacos con otra pareja de Oaxaca que traía su propia salsa (bien picante). De regreso, me di cuenta de que casi no había mirado el teléfono en todo el día. Hay algo especial en caminar donde “crearon” a los dioses que hace que tus propios problemas parezcan pequeños, ¿sabes?
El trayecto en coche dura aproximadamente una hora desde Ciudad de México hasta Teotihuacán.
Sí, la recogida en hotel o Airbnb está incluida al inicio del tour.
Sí, las entradas a Teotihuacán están cubiertas en la reserva.
El ritmo es flexible y apto para todas las edades; se permiten cochecitos.
Un guía local certificado te acompañará durante toda la visita.
Sí, durante tu tour privado decides cuánto tiempo dedicar a cada parada.
No, el almuerzo es opcional y se puede tomar cerca de Teotihuacán por cuenta propia.
Sí, hay transporte público disponible cerca de los puntos de recogida.
Tu día incluye recogida en hotel o Airbnb en vehículo con aire acondicionado, entradas a la zona arqueológica de Teotihuacán, guía local certificado en cada parada —incluyendo Plaza de las Tres Culturas y Basílica de Guadalupe— y mucha flexibilidad para descansos o comidas antes de regresar cómodo a Ciudad de México.
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