Nada en un cenote de aguas cristalinas, recorre las ruinas milenarias de Chichen Itzá con un guía local, disfruta un almuerzo regional y explora las coloridas calles coloniales de Valladolid. Prepárate para sorpresas pequeñas — risas que rebotan en la piedra o historias compartidas durante la comida — que se quedan contigo mucho después de volver a casa.
Para ser sincero, casi me salto el baño porque no quería cambiarme en el autobús, pero menos mal que no lo hice. Ese primer contacto con el agua fresca del cenote me despertó mejor que un café. La luz del sol se colaba por pequeños agujeros arriba y se escuchaban las voces rebotando en la piedra. Nuestra guía, Sofía, nos contó cómo los mayas consideraban los cenotes sagrados — hasta señaló unos pececitos que nadaban alrededor de mis tobillos. Intenté flotar, pero terminé chapoteando torpemente (alguien detrás se rió, con razón).
Luego fuimos a Chichen Itzá, que es mucho más grande de lo que cualquier foto muestra. Sofía tenía una forma de contar historias que hacía que las piedras parecieran cobrar vida — como cuando explicó cómo la sombra de la serpiente baja por El Castillo durante el equinoccio. Estuvimos en la cancha de juego y nos preguntó si podíamos imaginar jugar pok ta pok con una pelota pesada de goma. La verdad, no pude — esas paredes son enormes. El sol pegaba fuerte, pero una brisa iba y venía; a veces se sentía un aroma a tierra o incienso desde algún lugar cercano.
El almuerzo fue en un buffet sencillo, pero muy bueno después de tanto caminar (la cochinita pibil fue mi favorita). En nuestra mesa había familias de Ciudad de México que me enseñaron a decir “gracias” con el acento yucateco correcto. Después dimos un paseo por la plaza principal de Valladolid. Los edificios en tonos pastel parecían casi desvaídos con la luz de la tarde, y unos viejitos se abanican lentamente bajo los árboles, sin hablar mucho. Compré un dulce de tamarindo a una señora que sonrió pero tampoco dijo mucho.
Todavía recuerdo ese momento tranquilo frente a la iglesia en Valladolid antes de subir al autobús. Hay algo en estar cansado, satisfecho y simplemente ver a la gente seguir con su día que hace que todo se sienta más real que cualquier postal.
El tour dura casi todo el día, incluyendo el traslado desde tu hotel o punto de encuentro, el baño en el cenote, el almuerzo y la visita a Valladolid antes de regresar.
Sí, el transporte compartido con aire acondicionado desde tu hotel o punto designado está incluido.
Sí, está incluido el tiempo para nadar en el cenote y disfrutar de sus aguas frescas antes de visitar Chichen Itzá.
Sí, el almuerzo es un buffet regional incluido en la experiencia del día.
Un guía profesional bilingüe te acompañará por las principales atracciones y compartirá historias sobre la civilización maya.
Sí, hay una parada en la plaza principal de Valladolid para admirar la arquitectura colonial y la iglesia de San Gervasio.
La entrada a la zona arqueológica de Chichen Itzá está incluida (opción con impuestos incluidos disponible).
El guía es bilingüe, habla español e inglés durante todo el tour.
Tu día incluye transporte compartido con aire acondicionado desde tu hotel o punto de encuentro, entradas a Chichen Itzá y al cenote (con opción de impuestos incluidos), tiempo para nadar en aguas cristalinas, guía profesional bilingüe en cada sitio, almuerzo buffet regional, visita a una tienda de artesanías para compras locales y tiempo libre para pasear por el Valladolid colonial antes de regresar.
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