Recorre el Centro Histórico de CDMX con un guía local que da vida a plazas y mercados centenarios. Entra a la Catedral Metropolitana construida sobre piedras aztecas, detente en las ruinas del Templo Mayor mientras el ruido urbano se desvanece y termina en el Palacio de Bellas Artes iluminado por la tarde. Tres horas que recordarás mucho después.
Casi paso de largo a nuestra guía en el punto de encuentro—estaba platicando con un vendedor de tamales, sin cartel ni nada. Eso ya me pareció muy del Centro Histórico de la Ciudad de México: vida a raudales antes de empezar. Caminamos rumbo al Zócalo y recuerdo un leve aroma a elote asado que venía de algún lado detrás de la Suprema Corte. La plaza es tan enorme que, a pesar de la gente, casi se siente vacía. Alejandra, nuestra guía, nos señaló unas joyerías escondidas entre edificios gubernamentales—la verdad, jamás las habría notado.
Entramos a la Catedral Metropolitana. El piso está un poco inclinado porque se está hundiendo (alguien del grupo se quedó sorprendido). Adentro, fresco y con sombras, Alejandra nos contó que usaron piedras del antiguo Templo Mayor para construirla. Traté de imaginarlo: capas de historia apiladas unas sobre otras. Afuera, nos detuvimos junto a las ruinas del Templo Mayor; niños de escuela corrían mientras su maestra explicaba algo sobre dioses de la lluvia. Por un momento, el ruido de la ciudad se apagó al mirar esas piedras milenarias—una calma extraña.
Recorrimos calles donde fachadas coloniales conviven con rascacielos de cristal como la Torre Latinoamericana. En un momento entramos a una iglesia que se nota inclinada (pensé que era cosa mía hasta que Alejandra se rió y dijo que sí, que realmente se está hundiendo). Hay un edificio con azulejos azul y blanco que todos paran a fotografiar—todavía tengo migajas de un pastelito en la bolsa porque compramos algo en un vendedor ambulante justo afuera. El Palacio de Bellas Artes brillaba dorado con la luz de la tarde; no esperaba enamorarme tanto de sus curvas art déco.
Las tres horas pasaron volando. Me quedé pensando en cómo la Ciudad de México siempre está en movimiento—dioses antiguos bajo nuevas catedrales, mercados junto a palacios. Si te interesa cómo las ciudades cuentan sus historias en piedra, sonidos y aromas, esta caminata vale muchísimo la pena.
El recorrido dura aproximadamente 3 horas.
Sí, todas las áreas y superficies del recorrido son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, se pueden llevar bebés y niños pequeños en cochecito o carriola durante el recorrido.
El itinerario incluye actividades en el Palacio de Bellas Artes, pero no garantiza la entrada al interior; consulta con tu guía al llegar.
El tour visita el Zócalo (Plaza de la Constitución), la Catedral Metropolitana, las ruinas del Templo Mayor (exterior), calles del Centro Histórico y el Palacio de Bellas Artes.
Sí, hay opciones de transporte público cercanas.
Sí, se permiten animales de servicio durante el recorrido.
No se necesita un nivel especial de condición física; es apto para todos.
Tu día incluye una caminata guiada de tres horas por el Centro Histórico de CDMX con paradas en sitios clave como el Zócalo, la Catedral Metropolitana construida sobre ruinas aztecas, vistas exteriores del Templo Mayor, calles del Centro Histórico con edificios icónicos de azulejos y una iglesia que se está hundiendo, además de entretenimiento en el Palacio de Bellas Artes. La ruta es totalmente accesible para sillas de ruedas y amigable para carriolas.
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