Comienza el día haciendo snorkel en el colorido arrecife de Puerto Morelos, luego recarga energías con unos tacos de pescado junto al mar. Después cambia la arena por barro de selva mientras manejas ATV y vuelas en tirolesas en el bosque maya, terminando con un refrescante baño en un cenote escondido. Una aventura salvaje y divertida que te hará sonreír mucho tiempo.
Casi perdemos la recogida en el hotel porque no encontraba la otra sandalia — típico en mí. El conductor solo sonrió y dijo “tranquilo”, y de repente me sentí menos turista y más parte de ese lugar, aunque fuera por un momento. Viajamos hacia Puerto Morelos con las ventanas abiertas, el aire salado mezclándose con el dulce aroma de los puestos de frutas en la carretera. No paraba de pensar si tendría el valor para las tirolesas después (spoiler: terminé gritando).
Primero fue el snorkel en el arrecife de Puerto Morelos — te lanzan directo al agua, con el traje aún húmedo de quien lo usó antes (no me quejo, solo un poco raro). El agua tiene ese turquesa transparente que solo ves en postales y no crees que sea real. Nuestro guía, Javier, nos mostró unos pececitos azul eléctrico que se movían entre corales que parecían huesos antiguos y tesoros hundidos. Dijo que a veces se ven tortugas, pero hoy solo saludaban unos cangrejos con sus pinzas. Después comimos tacos de pescado en un lugar abierto frente a la playa — jugo de limón por todos lados y las manos pegajosas. Podría haberme quedado ahí toda la tarde si me dejaban.
Luego llegó la parte de la selva: los ATV rugiendo sobre raíces y piedras, el barro salpicando mis piernas (olvidé mantenerme limpia a los cinco minutos). Hay un momento en que dejas de oír motores y solo escuchas el zumbido de las cigarras y las hojas rozando tus brazos mientras vuelas en la tirolesa entre los árboles. Traté de decir “gracias” a Li, el guía de las tirolesas — seguro lo dije mal porque se rió, pero me dio un pulgar arriba igual. El nado en el cenote después de tanto calor fue casi un choque — agua fresca y tan clara que me hizo cosquillas en la piel. Flotando boca arriba, mirando la luz filtrarse entre las enredaderas... la verdad, todavía pienso en ese momento.
Sí, el transporte ida y vuelta desde tu hotel está incluido.
La edad mínima es 4 años para ATV, tirolesas y nado en cenote.
Debes tener 18 años o más para conducir un ATV solo; los mayores de 16 pueden hacerlo si van acompañados por un adulto.
No, por seguridad no se permiten cámaras ni celulares durante las actividades.
Sí, se ofrece un almuerzo ligero regional después del snorkel en un restaurante frente al mar.
La actividad de snorkel dura aproximadamente una hora.
Es apto para la mayoría, pero no se recomienda para personas con lesiones en la columna o problemas cardiovasculares.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde hoteles en Cancún o Riviera Maya, snorkel guiado en el arrecife de Puerto Morelos con todo el equipo, cinco tirolesas y tres puentes colgantes en la copa de la selva, paseo en ATV con equipo de seguridad, un baño refrescante en un cenote maya escondido y un almuerzo ligero con tacos de pescado tradicionales antes de regresar feliz y con arena en los zapatos.
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