Recorre el desierto salvaje de Baja y la playa Migriño al volante de un UTV turbo, con un guía local que te hará reír. Aire salado, vistas increíbles, avistamiento de ballenas si tienes suerte y un brindis con tequila antes de regresar a Cabo con la sonrisa llena de arena.
No esperaba empezar el día con una descarga de adrenalina, pero el Can-Am Maverick X3 no te da muchas opciones. Nos encontramos con nuestro guía—Miguel, que ha corrido la Baja 1000 más veces de las que he cambiado la funda del móvil—en el parque de Cactus Tours a las afueras de Cabo. Sonrió al verme mirar el UTV como si fuera a morderme. “Tranquilo,” dijo, “va rápido pero obedece.” El motor ya rugía bajo mi asiento antes de que pudiera pensarlo dos veces.
Lo primero que me impactó fue el olor—aire salado mezclado con tierra caliente mientras atravesábamos el desierto. El ruido era perfecto: el viento azotando el casco, la arena golpeando la jaula antivuelco, la voz de Miguel crackeando por la radio de vez en cuando (“¡Izquierda! ¡Izquierda!”). Recorrimos kilómetros de senderos entre bosques de cactus y crestas rocosas—perdí la cuenta rápido. De repente, la playa Migriño se abrió frente a nosotros. El Pacífico parecía infinito y salvaje; pescadores recogiendo redes y niños saludando desde un buggy en la distancia. Miguel dijo que en invierno se pueden ver ballenas saltando—yo estuve atento, pero esta vez no hubo suerte.
Paramos a beber agua (la necesitaba—los dientes me crujían de tanto sonreír) y nos quedamos un rato viendo pelícanos zambullirse. Intenté preguntar cómo llaman a este tipo de arena—Li se rió cuando lo dije mal en español—y terminamos compartiendo historias de cuando nos quedamos atascados en el barro en casa. De regreso, los brazos me pesaban, pero de ese cansancio bueno, como después de nadar mucho tiempo. En el campamento base nos esperaba una cata rápida de tequila (aún recuerdo ese sabor ahumado), y luego volvimos en la van a Cabo. Sinceramente, todavía me encuentro arena en los zapatos.
El recorrido tiene un 50% más kilómetros que los tours estándar; la duración varía, pero cuenta con varias horas incluyendo transporte.
Sí, el transporte ida y vuelta desde tu hotel está incluido.
Niños desde 5 años pueden ir como pasajeros; los conductores deben tener mínimo 16 años.
No se requiere experiencia previa; las rutas son aptas para todos los niveles y los guías dan instrucciones.
Vístete según el clima; se recomienda calzado cerrado y ropa cómoda, ya que se realiza con lluvia o sol.
Sí, todo el equipo de seguridad y agua están incluidos durante la aventura.
Sí, al final del recorrido en el campamento base disfrutarás una cata de tequila.
El tour es accesible para sillas de ruedas; bebés y niños pequeños pueden ir en cochecitos.
Tu día incluye transporte ida y vuelta desde hoteles en Cabo, todo el equipo de seguridad para conducir el Can-Am Maverick X3 por senderos desérticos y la playa Migriño, agua embotellada en las paradas para mantenerte fresco bajo el sol de Baja, un guía local bilingüe que conoce cada curva (y tiene grandes historias), además de una cata de tequila antes de regresar a la ciudad. También hay club infantil con servicio de niñera si viajas en familia.
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