Sube a un paseo al atardecer en Cabo San Lucas con barra libre y snacks incluidos. Disfruta vistas cercanas de El Arco, observa lobos marinos descansando y, si tienes suerte, avista ballenas. La luz dorada mientras navegas hacia el Pacífico se queda contigo mucho después de volver a tierra.
Jorge ya estaba riendo cuando subimos a La Princesa—me pasó un vaso de plástico (tequila sunrise, fuerte) y me señaló dónde suelen echarse a dormir los lobos marinos. Intenté recordar el nombre en español de uno, pero me equivoqué; Jorge solo sonrió y dijo, “No te preocupes, amigo.” El barco se mecía suavemente mientras nos alejábamos de la marina de Cabo San Lucas, con la música flotando sobre el agua. Había un olor salado mezclado con protector solar y el aroma a elote asado que venía de algún lugar cercano—todavía recuerdo esa mezcla.
Navegamos frente a Playa del Amor y luego bajamos la velocidad en El Arco. Todos se amontonaron a un lado para las fotos, chocando codos, y el sombrero de alguien casi salió volando. Es curioso cómo la gente se queda en silencio al ver el Arco tan de cerca—solo se escuchaban clics de cámara y algún “wow” susurrado. Nuestro guía nos contó cómo el Mar de Cortés se encuentra con el Pacífico justo ahí; se podía sentir el cambio en el viento. Si tienes suerte (de diciembre a marzo), tal vez veas ballenas a lo lejos—yo estuve escudriñando el horizonte pero no hubo suerte esta vez. Aun así, ver pelícanos zambullirse tan cerca fue impresionante.
La barra libre mantenía a todos animados—alguien intentó pedir una margarita en perfecto español pero se trabó; hasta el bartender se rió. Al girar hacia el lado del Pacífico, noté cómo todo se veía dorado—la luz en los rostros, incluso en mi bebida. Pasaron snacks (las papas volaron rápido), y me recosté en la barandilla solo para ver cómo Cabo se desdibujaba en silueta. No era silencio total, pero había una calma especial mientras el sol se escondía tras el agua—nadie tenía prisa ni intentaba que fuera algo distinto. Eso fue lo que más me quedó.
No, no incluye recogida en hotel; los pasajeros se reúnen en la marina para abordar.
Sí, el ticket incluye barra libre con bebidas ilimitadas.
El tour dura aproximadamente 2 horas desde la salida hasta el regreso.
Sí, hay una breve parada cerca de El Arco para fotos antes de continuar hacia el atardecer.
Sí, los niños pueden participar pero deben ir acompañados por un adulto; la edad mínima para beber es 18 años.
Sí, se sirven snacks junto con agua embotellada y otras bebidas.
Este tour no se recomienda para personas con lesiones en la columna o problemas cardiovasculares graves.
Se pueden avistar ballenas de diciembre a marzo durante este paseo al atardecer.
Tu velada incluye barra libre con bebidas ilimitadas, agua embotellada para mantenerte hidratado, snacks deliciosos mientras navegas frente a lugares emblemáticos de Cabo como Playa del Amor y El Arco—todo con cargos de combustible incluidos para que solo te relajes y disfrutes el atardecer en el Pacífico antes de regresar a tierra.
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