Conduce tu propio ATV por los senderos salvajes de Baja desde Cabo hasta Candelaria, conoce a los locales y termina con una degustación de tequila con tu guía. Prepárate para zapatos llenos de polvo, risas por tus habilidades al volante (créeme) y paisajes que no olvidarás aunque te laves todo el polvo del desierto.
Para ser sincero, casi me echo para atrás cuando vi el polvo en los cascos. Apenas salíamos de Cabo San Lucas y mis zapatos ya parecían haber pasado por una batalla de harina. Raúl, nuestro guía, sonrió y me pasó unas gafas que olían a protector solar y aceite de motor. “¿Listo?” me preguntó. No estaba muy seguro. Pero hay algo en el aire de Baja — seco, cortante, casi eléctrico — que te invita a decir que sí aunque no estés del todo convencido.
Los primeros minutos al volante fueron un caos total (al menos para mí). Mis manos temblaban sujetando el manillar mientras saltábamos sobre lechos de río y rodeábamos esos cactus enormes que parecían haber estado ahí desde la era de los dinosaurios. Raúl iba adelante, guiándonos entre las piedras y deteniéndose de vez en cuando para señalar plantas — llamó a una “biznaga” y la abrió para que oliéramos su savia dulce y extraña. En un momento me quedé atorado justo antes de una cuesta; mi compañera se rió tanto que casi se le cae el teléfono. En ese instante, solo se oía el viento y perros ladrando a lo lejos entre la maleza.
Subimos hacia el pueblo de Candelaria — apenas un puñado de casas blanqueadas por el sol, escondidas en las colinas. Un par de niños nos saludaron al pasar; un señor mayor nos hizo un gesto tranquilo desde su porche, como si tuviera todo el tiempo del mundo para ver a extraños rugir por ahí. Raúl nos contó historias sobre cómo aquí todavía usan métodos agrícolas tradicionales — se notaba que estaba orgulloso. El aire cambió arriba: más fresco, con olor a leña y algo terroso que no pude identificar del todo.
De regreso hacia Cabo, paramos a probar tequila (intenté pronunciar “reposado” bien; Raúl solo se rió). Finalmente apareció el océano — azul intenso, como si alguien hubiera subido el brillo al máximo. Aún recuerdo ese tramo donde solo ves desierto que se funde con el mar. Cuando regresamos al campamento, los dientes me crujían de polvo, pero no podía dejar de sonreír. Así que sí… si buscas una excursión auténtica desde Cabo San Lucas que vaya más allá de las fotos, esta es la indicada.
El recorrido dura varias horas ida y vuelta, incluyendo paradas en Candelaria y para la degustación de tequila.
El día incluye transporte en una van de Real Baja Tours para recogida y regreso.
Manejarás ATVs o vehículos side-by-side diseñados para el terreno off-road de Baja.
Sí, guías como Raúl o Alberto conocen muy bien la zona y comparten historias sobre la cultura y naturaleza local.
Sí, hay una parada para probar tequila durante o después de la visita a Candelaria.
No, los senderos son aptos para principiantes y pilotos avanzados.
Usa ropa que no te importe ensuciar; se proporciona casco y equipo de seguridad.
No se menciona comida; se ofrece agua purificada durante el recorrido.
Tu día incluye transporte en una van de Real Baja Tours para recogida y regreso en Cabo San Lucas, equipo completo de seguridad (casco, gafas), tu ATV o side-by-side para el off-road, agua purificada durante el recorrido y la guía de expertos locales amigables que conocen cada rincón de estos senderos de Baja—y sí, hay una parada para degustar tequila antes de regresar.
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