Viaja con un guía local por el suroeste de Mauricio: contempla el volcán Trou aux Cerfs, respira el incienso en el lago sagrado Grand Bassin, prueba sabores caseros en Chamarel y siente la frescura de Alexandra Falls. Un día lleno de sorpresas y momentos tranquilos que recordarás mucho después de volver al hotel.
Salimos de Curepipe cuando el aire aún estaba fresco, con las ventanas bajadas y nuestro guía-conductor tarareando una canción que no reconocí. La primera parada fue Trou aux Cerfs—la verdad, había visto fotos, pero estar en el borde es otra cosa. Los bordes del cráter son ásperos bajo los pies y se percibe un leve aroma a hierba mojada mezclado con el humo de un carrito de comida cercano (ya alguien vendía gateaux piments). Rajesh, nuestro guía, nos contó cómo el volcán moldeó toda la zona, incluso nos mostró dónde jugaba de niño. Intenté imaginarlo. Se rió cuando le pregunté si alguna vez lanzaba piedras; parece que todos lo hacen al menos una vez.
Después seguimos por campos de caña de azúcar que brillaban casi plateados con la luz de la mañana, rumbo al embalse Mare aux Vacoas. Allí reinaba el silencio, salvo por los pájaros y un par de ancianos pescando en la orilla. Lo que más me sorprendió fue Grand Bassin—Ganga Talao—el lago sagrado. Humo de incienso flotaba sobre el agua y mujeres con saris de colores vivos equilibraban ofrendas de frutas en sus cabezas. Rajesh nos explicó algunos rituales, pero yo me quedé observando un rato; tenía algo de intimidad. Un mono pasó corriendo a mis pies y me hizo saltar—seguro me vi ridículo.
El camino hacia el mirador de Black River Gorges es serpenteante y verde, con claros donde se ve hasta la costa. También paramos en Alexandra Falls—la bruma en mi cara estaba más fría de lo que esperaba. El almuerzo fue sencillo pero rico (aún recuerdo esos vegetales encurtidos). En el pueblo de Chamarel caminamos sobre la tierra de siete colores; en fotos parece irreal, pero en vivo es más suave, como si alguien hubiera esparcido especias y el sol las hubiera ido desvaneciendo. Los niños corrían descalzos y uno intentó cambiarme una piedrita por mis gafas de sol—no sé quién salió ganando.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en la reserva.
Sí, el transporte y todos los sitios visitados son accesibles para sillas de ruedas.
Sí, visitarás el pueblo de Chamarel para ver sus cascadas y la tierra de siete colores.
Trou aux Cerfs está justo en Curepipe; desde la mayoría de hoteles es un trayecto muy corto.
No incluye almuerzo específico; consulta con el operador o lleva algo para picar.
Sí, los pasajeros de crucero pueden reservar pero deben dar detalles del barco al hacer la reserva.
Sí, hay WiFi gratuito durante todo el día.
Sí, hay asientos especiales para bebés disponibles bajo petición.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel con un conductor-guía amable que comparte historias durante el trayecto. Tendrás WiFi gratis mientras te trasladas entre sitios y, si viajas con niños o necesitas apoyo extra, hay asientos para bebés y vehículos accesibles sin complicaciones.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?