Recorre en e-bike las Montañas del Atlas con un guía local, visita pueblos bereberes que pocos turistas conocen y comparte un almuerzo en una casa auténtica—sin multitudes, solo aire puro y vistas de montaña todo el día.
El sol apenas asomaba cuando salimos de Marrakech, la ciudad todavía medio dormida. Nuestro conductor hablaba de su equipo de fútbol favorito mientras avanzábamos hacia el valle de Imlil; el aire se volvió más fresco y se olía el humo de las hogueras de desayuno en los pueblos por donde pasábamos. Al llegar a Imlil, nuestro guía Youssef repartió cascos y revisó las bicicletas. Creció cerca y parecía conocer cada sendero de cabras como la palma de su mano.
Comenzamos a pedalear por senderos tranquilos, pasando huertos de albaricoques y casas de piedra con puertas azules. Los niños saludaban desde los tejados; unas ovejas nos bloquearon el paso un momento (no tenían prisa). Las e-bikes hicieron que las subidas parecieran fáciles, incluso para alguien como yo, que no es precisamente ciclista profesional. A media mañana, paramos en una cresta desde donde se veía la nieve en el monte Toubkal a lo lejos. El viento traía un suave aroma a menta y tierra.
El almuerzo fue en casa de una familia bereber: pan plano recién hecho, aceitunas y té de menta dulce servido en vasitos pequeños. Nos sentamos en cojines junto a la ventana; la verdad es que perdí la noción del tiempo viendo cómo las nubes se deslizaban sobre las cumbres. Después, bajamos pedaleando por nogales y pasamos junto a pequeñas cascadas que solo conocen los locales. Al final de la tarde, con las piernas cansadas pero felices, regresamos a la furgoneta para volver—polvorientos, sonriendo y con el móvil lleno de fotos.
¡Sí! Las e-bikes facilitan mucho las subidas. Nuestro guía ajusta el ritmo para que todos se sientan cómodos.
Ropa cómoda, calzado cerrado, protector solar y cámara. Proporcionamos agua, pero es bueno llevar tu propia botella.
Por supuesto—avísanos con anticipación y nos aseguramos de que tengas opciones adecuadas.
Normalmente son unos 90 minutos por trayecto, dependiendo del tráfico al salir de la ciudad.
Tu día incluye transporte privado desde Marrakech hasta el valle de Imlil y regreso, uso de e-bike con casco, agua embotellada durante el recorrido, snacks, y un almuerzo casero con café o té en una casa bereber local. Nosotros nos encargamos de todo, ¡solo tienes que venir listo para pedalear!
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