Recorrerás las dunas cambiantes de Merzouga en quad con un guía local que adapta la ruta a tu nivel. Disfruta de ayuda personalizada, el silencio real del desierto entre risas, y una parada para tomar té con una familia nómada, un recuerdo que te quedará mucho después de sacudirte la arena.
Lo primero que noté fue cómo se sentía la arena bajo mis botas: suave pero arenosa, como harina que lleva tiempo al aire. Nuestro guía, Hassan, me entregó unas gafas y un casco con una sonrisa que me hizo sentir que estaba a punto de hacer algo un poco loco (y la verdad, estaba nervioso). Me explicó las medidas de seguridad en una mezcla de francés e inglés; mi cerebro iba a toda prisa mientras los motores empezaban a rugir detrás de nosotros. El aire olía seco y cálido, aún no hacía calor, pero se notaba que pronto lo haría.
Nunca había conducido un quad antes de esta excursión en Merzouga, así que esperaba caerme en los primeros cinco minutos. Pero Hassan siempre estaba pendiente de nosotros, reduciendo la velocidad para que pudiera alcanzarlo si me quedaba atrás. Hubo momentos en que subíamos una duna y todo quedaba en silencio, solo se oían el motor y el viento. Es curioso lo fuerte que puede ser el silencio allá afuera. Paramos una vez para que nos mostrara unas plantitas que asomaban entre la arena (no recuerdo el nombre, él se rió cuando intenté repetirlo). La ruta cambiaba según cómo manejábamos; parecía entender nuestros nervios mejor que nosotros mismos.
A mitad del camino, nos detuvimos cerca de unas tiendas bajas donde una familia nómada nos saludó. Nos ofrecieron té, dulce y caliente, y aunque mis manos aún vibraban por sujetar el manillar, fue un placer sentarme y escuchar la charla entre ellos y Hassan. Los niños se rieron de mi acento cuando intenté decir “shukran”. Esa pausa en medio de tanta inmensidad se quedó conmigo más que cualquier foto que tomé.
Regresamos mientras el sol subía, la arena brillaba por todas partes, y el sudor se mezclaba con el polvo en mi cara (seguro que parecía un desastre). Las dos horas pasaron volando; sinceramente, no quería que terminara. Hay algo en ver Merzouga desde un quad que te hace sentir pequeño y valiente a la vez.
El recorrido dura aproximadamente dos horas de principio a fin.
Sí, si lo necesitas, se incluye recogida y regreso desde tu alojamiento.
No, no se requiere experiencia; los guías te darán una explicación antes de empezar.
Te entregan gafas, casco y guantes (en invierno) como parte del equipo.
Sí, hay una parada para visitar a una familia nómada durante la excursión.
Se dispone de asientos especiales para bebés; consulta la edad y normas de seguridad.
No, no se recomienda para embarazadas ni personas con problemas en la columna.
Tu aventura incluye recogida y regreso si es necesario, uso del quad con combustible, casco y gafas de seguridad (y guantes en invierno), además de una explicación completa antes de entrar en las dunas y una pausa para tomar té con una familia nómada local.
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