Deja atrás Marrakech para pasar un día en los Montes Atlas: prueba aceite de argán fresco en una cooperativa de mujeres, pasea por el Valle de Imlil con un guía local, comparte un almuerzo en una casa bereber con vistas a picos salvajes y siente el frescor de las cascadas escondidas. No es solo ver lugares, es vivir el ritmo de Marruecos.
Aún me río al recordar mi primer intento de decir “shukran” — nuestro guía Youssef sonrió y me corrigió con paciencia mientras dejábamos Marrakech atrás. La ciudad se desvaneció rápido; de repente solo veíamos tierra roja y olivos por la ventana. Paramos en una cooperativa de mujeres que producen aceite de argán (el aroma, a nuez, casi dulce), y una de ellas me puso un poco en la mano. Mis dedos se sintieron suaves durante horas. El desayuno fue pan con miel y té de menta — y te aviso, ese té es más fuerte de lo que imaginas.
El camino subiendo a los Montes Atlas se puso serpenteante, pero Youssef no paraba de contar historias sobre la vida bereber. En el Valle de Imlil salimos al aire fresco, mucho más fresco que Marrakech. Un burro rebuznó en algún lugar abajo; niños saludaban desde los tejados. Caminar por el valle al principio fue casi demasiado silencioso — solo el viento entre los nogales y el crujir de nuestras botas sobre la grava. Entramos en una casa bereber para almorzar (un tajine burbujeando en una pequeña estufa), y traté de imitar cómo nuestra anfitriona rompía el pan con una mano. Fracasé estrepitosamente, pero a nadie le importó.
Después del almuerzo subimos hacia las cascadas — no eran enormes, pero el rocío frío en la cara hacía que todo oliera a naturaleza pura. Había cabras caminando por acantilados imposibles. De regreso, Youssef señaló el Monte Toubkal a lo lejos, con nieve aún en la cima a pesar de ser primavera. El viaje de vuelta fue tranquilo; el sol bajando tras esas colinas salvajes. No podía dejar de pensar en lo distinto que se sentía todo a solo una hora de Marrakech — como otro mundo escondido justo detrás de los muros de la ciudad.
Sí, la recogida y regreso desde tu alojamiento o punto cercano están incluidos.
El trayecto desde Marrakech hasta el Valle de Imlil dura entre 1.5 y 2 horas por trayecto.
Incluye un almuerzo tradicional marroquí en una casa bereber como parte de la experiencia.
Los guías hablan inglés, francés y español.
Sí, se pueden solicitar asientos especiales para bebés.
El grupo se limita a 15 personas para una experiencia más personalizada.
Viajarás en un 4x4 o minivan con aire acondicionado y conductor experimentado.
Sí, se hace una parada en una cooperativa de aceite de argán gestionada por mujeres, donde puedes probar sus productos.
El itinerario es adecuado para todos los niveles de condición física.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Marrakech en vehículo con aire acondicionado y guía que habla inglés, francés o español; agua embotellada; desayuno en una cooperativa de aceite de argán; café o té; tiempo para explorar el Valle de Imlil; y un almuerzo tradicional marroquí en una casa bereber antes de volver a última hora de la tarde.
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