Si buscas vivir Marruecos más allá de Marrakech, esta excursión es perfecta: pasos de montaña, kasbahs con historia en cada piedra y un paseo por las callejuelas de Ait Ben Haddou donde Hollywood y tradición se encuentran.
Saliendo de Marrakech justo después del amanecer, comenzamos a subir por el Alto Atlas. El aire estaba fresco, casi frío para finales de primavera, y Youssef, nuestro conductor, nos señalaba cómo cambiaba la luz en las laderas a medida que ganábamos altura. En el puerto de Tizi n’Tichka, paramos para tomar un té de menta en un puesto junto a la carretera; la vista parecía no tener fin, con colinas rojas y ocres salpicadas de pequeñas chozas de pastores. Se oían cabras en algún lugar abajo, sus cencerros resonando en el silencio.
Bajamos entre pueblos donde los niños saludaban desde la carretera y mujeres cargaban cestas por caminos polvorientos. Nuestra siguiente parada fue la Kasbah de Telouet. No está restaurada del todo—algunas paredes se caen—pero eso forma parte de su encanto. Dentro, azulejos desgastados y techos de cedro tallado cuentan la historia del poder de la familia Glaoui. Nuestro guía explicó cómo esta kasbah controlaba antiguas rutas de caravanas desde el Sahara; casi podías imaginar a los mercaderes llegando con sal y especias.
El camino junto al Oued Malh—el “río salado”—parecía un viaje en el tiempo. En primavera, corre rápido y turbio por el deshielo; verás a locales lavando alfombras en sus orillas o vendiendo naranjas desde viejas camionetas. Pasamos por grupos de casas de adobe aferradas a los acantilados antes de llegar a Ait Ben Haddou. Al recorrer sus callejuelas estrechas, noté carteles de películas pegados en la pared de un café—aquí se rodó Gladiator. Subiendo hasta la cima, el viento levantaba polvo pero regalaba una vista que valía cada paso: un desierto infinito que se extiende hacia Ouarzazate.
Suele tardar entre 3.5 y 4 horas por trayecto, según el tráfico y las paradas para fotos o tomar un té.
Se camina cuesta arriba por caminos irregulares dentro del ksar, así que es mejor llevar calzado cómodo. La mayoría lo hace sin problema a ritmo tranquilo.
No incluye comidas, pero cerca de Ait Ben Haddou hay cafés locales donde puedes comer o tomar algo.
Sí, es adecuado para casi todas las edades y niveles físicos. Disponemos de sillas para bebés si las necesitas, solo avísanos antes.
Conductor-guía de habla inglesa o francesa durante todo el día; vehículo privado con aire acondicionado; recogida y regreso al hotel; sillas para bebés disponibles bajo petición; vehículos desinfectados tras cada viaje para tu seguridad y comodidad.
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