Si quieres descubrir Marruecos más allá del bullicio de Marrakech, esta excursión de un día te permite conocer a los locales, probar auténtico aceite de argán, caminar hasta cascadas y compartir un almuerzo en un hogar bereber, todo en una sola jornada.
La furgoneta salió de Marrakech justo después del amanecer, mientras la ciudad aún despertaba. Al dejar atrás la ciudad, la carretera seguía el curso del río Ourika: los lugareños ya estaban en marcha, algunos vendiendo menta al borde del camino, otros simplemente charlando frente a sus tiendas. Las Montañas del Atlas comenzaban a asomarse al frente, con sus picos cubiertos de nieve a pesar del calor que permitía ir en manga corta abajo. Abrí un poco la ventana; se olían hierbas silvestres en el aire, mezcladas con un leve aroma a humo de leña de los desayunos en los pueblos por los que pasábamos.
Nuestra primera parada fue en una cooperativa de aceite de argán dirigida por mujeres. Allí pudimos ver cómo molían las nueces a mano, sin máquinas. Las mujeres estaban encantadas de conversar (nuestro guía traducía) y nos dejaron probar un poco de pan fresco mojado en aceite de argán. Tenía un sabor casi a nuez, muy distinto al que se encuentra en casa. Después, nuestro guía local nos llevó por un sendero rocoso hacia las cascadas. El sonido del agua al caer sobre las piedras se hacía más fuerte a medida que subíamos; había niños chapoteando abajo y un par de cabras trepando entre las rocas. Si no estás acostumbrado a terrenos irregulares, ve despacio: algunas partes pueden estar resbaladizas.
El almuerzo fue en casa de una familia bereber, un lugar sencillo con mesas bajas y alfombras coloridas por todas partes. Comimos al aire libre bajo una higuera mientras nuestros anfitriones servían tagine y té de menta dulce. Se sentía más como visitar a familiares lejanos que estar en una excursión. De regreso a Marrakech, pasamos por más pueblos; los niños nos saludaban al pasar, y me di cuenta de lo diferente que es la vida aquí arriba comparada con la ciudad. Es más tranquila, pausada, pero tiene algo que se queda contigo.
¡Sí! Los niños son bienvenidos, pero deben ir acompañados por un adulto si tienen menos de 12 años. Hay que caminar un poco cerca de las cascadas, así que lo mejor es llevar calzado cómodo.
Se recomiendan zapatos para caminar o deportivas, ya que los senderos pueden ser irregulares. Lleva ropa por capas: en las montañas puede hacer más fresco que en Marrakech, incluso en días soleados.
El grupo es pequeño, no más de 7 personas, para que la experiencia sea más personal y relajada.
La recogida está incluida para hoteles y riads en el centro de Marrakech. Si tu alojamiento está dentro de la Medina, donde no pueden entrar vehículos, te recogeremos en el punto más cercano accesible (a veces a poca distancia a pie).
Tu reserva incluye recogida y regreso al hotel en Marrakech (o cerca si te alojas dentro de la Medina), agua embotellada para el día, conductor de habla inglesa y guía local que conoce todos esos rincones escondidos, además del almuerzo en una casa bereber. Si necesitas asiento para bebé, solo avísanos con antelación.
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