Si buscas un respiro del bullicio de Marrakech, esta excursión te acerca a las cascadas más altas de Marruecos y te sumerge en la vida auténtica de pueblo, con monos y té de menta fresquito incluidos.
Salimos de Marrakech justo después del amanecer, con la ciudad desperezándose lentamente. Nuestro conductor, Youssef, hablaba de su equipo de fútbol favorito mientras pasábamos junto a puestos callejeros con naranjas y montones de pan plano. La carretera hacia el norte serpentea entre pueblos donde los niños saludan desde la acera y los ancianos toman café en pequeñas cafeterías. A media mañana, el aire se volvió más fresco, casi húmedo, y al abrir las ventanas se percibía el aroma de hierbas silvestres.
La primera vista de las Cascadas de Ouzoud sorprende. Se oyen antes de verse: un rugido profundo que ahoga todo lo demás. Un sendero bajo la sombra de olivos baja hasta la base; es un poco irregular en algunos tramos, pero nada complicado. Vimos mujeres lavando ropa en el río y a un hombre asando maíz en una pequeña parrilla. En una curva, nuestro guía señaló a unos monos macacos descansando en las ramas; uno de ellos, muy atrevido, intentó robarme una galleta de la mano.
Almorzamos en un café sencillo con vistas a las cascadas: tagine burbujeando y té de menta servido en vasos altos. La panorámica desde allí es inolvidable: el agua cae casi 100 metros y, si te pones en el ángulo justo, aparecen arcoíris en la bruma. De regreso, echamos un vistazo a uno de esos antiguos molinos de grano que siguen funcionando como hace generaciones. Volvimos a Marrakech justo cuando caía el atardecer, cansados pero felices (y con demasiadas fotos de monos).
¡Sí! A los niños les encanta ver a los monos y los senderos son accesibles para cochecitos. También hay asientos para bebés si los necesitas.
Unos 3 horas en coche por trayecto, con muchas cosas para ver en el camino y paradas para descansar o hacer fotos.
No, con zapatillas cómodas o deportivas basta para recorrer los senderos alrededor de las cascadas.
No, pero hay varios restaurantes locales cerca de las cascadas donde puedes probar platos marroquíes tradicionales y bebidas.
Tu transporte está asegurado en un minibús con aire acondicionado y recogida puerta a puerta en Marrakech, sin complicaciones con taxis. También te llevamos de vuelta al atardecer.
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