Recorre las calles silenciosas de Mdina con un guía local, visita las antiguas catacumbas de Rabat y disfruta la brisa en los acantilados de Dingli antes de compartir un almuerzo. Explora los jardines de San Antón y observa a los artesanos en Ta’ Qali, para terminar el día bajo la imponente cúpula de Mosta. Una experiencia que conecta con la historia en cada paso.
No esperaba que Mdina estuviera tan tranquila. No es el típico silencio de “atracción turística”, sino ese que te permite escuchar el eco de tus propios pasos en la piedra. Nuestra guía, María, se detenía a señalar detalles que jamás habría notado: una aldaba tallada con forma de león o cómo la luz del sol se refleja en las paredes color miel por la mañana. Nos habló de los palacios siculo-normandos (tuve que buscar qué era después). Las calles se enredan y vuelven sobre sí mismas — perdí la orientación casi al instante, pero fue liberador.
Salimos de Mdina por algo llamado la Puerta de los Griegos (María explicó el nombre, pero yo estaba distraído mirando a un gato tomando el sol en la pared). En Rabat entramos en unas catacumbas cristianas antiguas — aire fresco, olor a tierra y cera de vela. La verdad es que daba un poco de escalofríos. De repente, volvimos a la luz del día y nos dirigimos a los acantilados de Dingli. El viento soplaba con fuerza y desde allí se veía casi toda Malta extendida abajo. Alguien intentó hacerse un selfie y casi pierde el sombrero — todos nos reímos.
El almuerzo fue sencillo pero delicioso — pan maltés con aceite de oliva, un guiso que no supe pronunciar (María se rió cuando lo intenté), y tomates locales dulces que sabían a sol. Después paseamos por los jardines de San Antón, cerca del Palacio Presidencial. Había pavos reales paseándose como si fueran los dueños del lugar. En el pueblo artesanal de Ta’ Qali vi a un soplador de vidrio moldeando el cristal fundido con una destreza increíble — parecía que sus manos apenas se movían.
La última parada fue la cúpula de Mosta. Había visto fotos antes, pero estar bajo ese techo enorme me hizo sentir pequeño de una manera bonita. La gente se quedó en silencio un rato, mirando hacia arriba. Todavía recuerdo lo frío que se sentía el mármol al apoyar la mano en una de las columnas.
El tour incluye varias paradas por el centro de Malta y dura casi todo el día.
Sí, el almuerzo forma parte de la experiencia durante el día.
El tour incluye transporte en vehículo con aire acondicionado; no se especifica recogida en hotel.
Sí, bebés y niños pequeños son bienvenidos; se permiten cochecitos o carriolas.
Visitarás a artesanos locales trabajando en el pueblo artesanal de Ta’ Qali durante el recorrido.
Visitarás la cúpula de Mosta con guía y se incluye tiempo para entrar.
Tu día incluye paseos guiados por Mdina y las catacumbas de Rabat, paradas para fotos en los acantilados de Dingli, entrada a los jardines de San Antón cerca del Palacio Presidencial (vistos desde afuera), tiempo para explorar el pueblo artesanal de Ta’ Qali, un almuerzo tradicional maltés y transporte en vehículo con aire acondicionado entre los sitios, terminando en la cúpula de Mosta.
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