Recorre las calles nocturnas de Kuala Lumpur en Vespa con un conductor local, degustando fideos malayo-chinos, platos picantes en un warung y dulces en Little India de Brickfields. Risas, lluvia inesperada (ponchos incluidos), mercados animados y música de fondo mientras descubres KL de una forma que no lograrías a pie ni en coche.
Lo primero que me llamó la atención fue el aroma: una mezcla entre pollo a la parrilla con humo y algo dulce friéndose, ¿quizá plátanos? Ya estábamos esquivando el tráfico de Kuala Lumpur en la Vespa antes de que me diera tiempo a ponerme nervioso. Mi conductor, Hafiz, me sonrió por encima del hombro y gritó algo sobre el “verdadero KL” mientras pasábamos volando frente al edificio Sultan Abdul Samad, todo iluminado. La ciudad de noche es más ruidosa, más brillante, como si todos estuvieran de fiesta y sin vergüenza alguna. Me agarré fuerte al casco y traté de no parecer un turista total (fallé).
La primera parada fue una calle llena de puestos donde los locales se apiñaban en mesas de plástico bajo guirnaldas de luces. Hafiz me dio algo llamado Chee Cheong Fun—fideos de arroz con una salsa pegajosa—y, la verdad, no tenía ni idea de qué esperar. Era resbaladizo, sabroso y extrañamente reconfortante. Un hombre a nuestro lado se rió cuando intenté decir “Lo Pak Ko” (pastel de rábano) en cantonés—me corrigió con cariño pero no dejó de bromear por mi intento. El pastel frito estaba crujiente por fuera y suave por dentro; me quemé la lengua por impaciente. Valió la pena.
El tour siguió su camino—un momento estábamos metiéndonos por callejones detrás del Museo Bank Negara Malaysia, al siguiente estábamos en un ‘warung’ comiendo Nasi Lemak con los dedos (ese arroz con coco aún me persigue). Empezó a llover cinco minutos, justo el tiempo para ponernos los ponchos y hacer un pequeño bailecito bajo un toldo con otros viajeros. A nadie pareció molestarle; de hecho, parecía parte de la experiencia. En Brickfields (Little India), todo olía a especias e incienso. Probamos Roti Tissue, tan fino que casi se volaba con una bocanada de aire. Li, otra guía, bromeó que si te comes uno solo ganas derecho a presumir—yo ni cerca.
Me gustó que nadie nos apurara—incluso cuando nos quedamos un rato en el mercado nocturno viendo a los vendedores cortar jackfruit con cuchillos enormes. Se escuchaba música a lo lejos—una banda en vivo calentando motores—pero para entonces mi cabeza solo pensaba en lo lleno que estaba y en lo distinto que se ve KL desde la Vespa a medianoche. A veces todavía recuerdo esa vista cuando todo está demasiado tranquilo en casa.
Sí, es apto para todos los niveles físicos, pero no se recomienda para embarazadas ni personas con problemas cardíacos o de columna.
Probarás Chee Cheong Fun, pastel frito de rábano (Lo Pak Ko), Nasi Lemak, Laksa, Roti Tissue, Vaddei, Mee Goreng y frutas locales.
No incluye recogida, pero sí te llevan de regreso a tu hotel o a un lugar nocturno local al final.
Sí, se incluyen refrescos, agua embotellada y bebidas alcohólicas si las quieres.
Se proporcionan ponchos para que puedas seguir disfrutando sin problema.
No se especifica la duración exacta, pero espera varias horas explorando distintos barrios después del anochecer.
Sí, los guías te dan casco, chalecos reflectantes y todo el equipo necesario para tu seguridad.
Tu noche incluye transporte privado en Vespa con conductor por los barrios de Kuala Lumpur tras el anochecer; todo el equipo de seguridad como casco y chalecos; cena con fideos malayo-chinos, platos malayos en un warung y especialidades indias en Brickfields; agua embotellada, refrescos y bebidas alcohólicas si quieres; ponchos por si llueve; botiquines de primeros auxilios; y regreso al hotel o a un local con música si aún quieres seguir la fiesta.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?