Sube los coloridos escalones de Batu Caves junto a locales y monos traviesos, luego disfruta de un teleférico sobre la selva brumosa hasta Genting Highlands. Recoge fresas frescas en una granja de montaña y deja que tu guía se encargue de todo — desde la recogida en hotel hasta las entradas — para que solo te dediques a disfrutar. Un día lleno de sorpresas que recordarás mucho después de volver a casa.
— ¿Seguro que no tienes miedo a las alturas? — nos bromeó el conductor mientras llegábamos a Batu Caves, su sonrisa reflejada en el retrovisor. Aún medio dormido por la mañana temprana, el colorido de aquella escalera arcoíris — 272 peldaños, cada uno pintado como una fiesta distinta — me despertó al instante. Había familias por todos lados, algunas con bandejas de frutas o flores para el templo. El aire olía a incienso y a frituras (alguien vendía vadai cerca), y los monos se movían ágilmente entre los turistas buscando cacahuetes caídos. Intenté contar los escalones, pero perdí la cuenta alrededor del cincuenta — culpa de la humedad o de distraerme con todo lo que pasaba a mi alrededor.
Al llegar arriba y recuperar el aliento (fingiendo que no estaba cansado), nuestro guía nos señaló unas tallas en las paredes de piedra caliza — nos contó que tienen millones de años, algo increíble si lo piensas. Dentro, el ambiente era fresco y resonante, con oraciones que rebotaban entre las rocas. No nos quedamos mucho porque Genting Highlands nos esperaba. De camino, paramos en una granja de fresas — la Strawberry Leisure Farm — y, para ser sincero, no esperaba disfrutar tanto. Hay algo especial en recoger tus propias fresas en el aire fresco de la montaña malaya, aunque las mías fueran pequeñas y un poco ácidas.
Pero lo mejor fue el paseo en teleférico Awana SkyWay hasta Genting Highlands. Dura unos diez minutos, pero parece más cuando vas suspendido sobre valles selváticos y las nubes pasan rozando la ventana. Mi amigo no paraba de hacer chistes nerviosos sobre “confiar en la ingeniería italiana” (el sistema es de Leitner Ropeways, por cierto), mientras yo me quedaba embobado mirando todo ese verde bajo nosotros. Arriba, se mezcla el aire fresco y brumoso con resorts iluminados de neón — una sensación casi surrealista después de haber sudado en Kuala Lumpur esa misma mañana.
Terminamos de vuelta en el hotel con los dedos pegajosos por las fresas y más fotos de las que subiré a redes. Nuestro conductor nos despidió con un “¡la próxima vez, prueba Thaipusam!” — no sé si estoy listo para esa multitud todavía, pero quién sabe. A veces, estas excursiones de un día se quedan contigo de formas inesperadas.
El tour es una experiencia de día completo que comienza en Kuala Lumpur con paradas en Batu Caves, Strawberry Leisure Farm y Genting Highlands antes de regresar a tu hotel.
Sí, incluye recogida y regreso a hoteles o apartamentos en el centro de Kuala Lumpur.
No, el paseo de ida y vuelta en el teleférico Awana SkyWay está incluido en el precio del tour.
El tour incluye una visita a la granja de fresas donde puedes recogerlas; no se especifican otras comidas, pero hay snacks disponibles en las atracciones.
Sí, los bebés pueden participar; se permiten cochecitos y pueden ir en el regazo de un adulto durante el transporte.
Batu Caves tiene 272 escalones de concreto que llevan a la cueva principal del templo.
El conductor habla inglés para facilitar la comunicación durante toda la excursión.
Batu Caves está a unos 30 minutos en coche desde hoteles o apartamentos en el centro de Kuala Lumpur.
Tu día incluye transporte con aire acondicionado y un conductor que habla inglés, que te recogerá directamente en tu hotel o apartamento en Kuala Lumpur. También están cubiertos los tickets de ida y vuelta del teleférico Awana SkyWay, y tendrás tiempo para pasear por la granja de fresas antes de regresar cómodamente.
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