Descubre lo mejor de Kuala Lumpur, desde Batu Caves hasta Chinatown, con conductor privado y horario flexible. Sin apuros, solo vida real y historias locales en el camino.
Al bajar del barco en Port Klang, vi a mi conductor sosteniendo un cartel con mi nombre, un alivio en un puerto tan concurrido. El aire ya estaba cálido y algo húmedo, pero el aire acondicionado del coche se activó rápido. Con una botella de agua en mano, partimos rumbo a Batu Caves. El trayecto duró alrededor de una hora y veinte minutos, pasando por palmeras y algún que otro puesto vendiendo durianes (el olor se cuela en el coche si abres la ventana). El conductor me contó sobre las costumbres locales y señaló dónde se asoma por primera vez el skyline de la ciudad.
En Batu Caves me uní a familias y peregrinos descalzos subiendo esas escaleras de colores vibrantes. La estatua dorada de Lord Murugan es aún más imponente de lo que imaginaba; los niños daban de comer a las palomas en la base y se escuchaban monos correteando arriba. Después de recuperar el aliento (esas escaleras no son ninguna broma), volvimos al centro para una parada rápida y tomar fotos en las Torres Petronas. Brillan con fuerza bajo el sol del mediodía, imposible salir mal en las fotos.
Recorrimos los puntos más emblemáticos de Kuala Lumpur: la cúpula azul de la Mezquita Nacional, los edificios coloniales de la Plaza Merdeka y la antigua estación de tren con sus arcos moriscos. En el Mercado Central curioseé pañuelos batik y probé un café helado dulce en un pequeño café llamado “Kopi & Co.” La calle Petaling en Chinatown estaba tan animada como siempre, con vendedores llamando la atención y el aroma de castañas asadas en el aire. Si tienes tiempo, tu conductor puede llevarte al Palacio Real para ver a los guardias con sus impecables uniformes. Llegamos con tiempo de sobra a Port Klang, sin prisas ni estrés por perder el barco.
Suele durar entre 6 y 7 horas, según el tráfico y el tiempo que pases en cada lugar. Tu conductor se asegurará de que vuelvas a Port Klang antes de que zarpe el barco.
Sí, puedes pedirle al conductor que pare en el Mercado Central o en Chinatown para hacer compras o tomar algo. Solo dile qué te interesa.
El itinerario es flexible según tus gustos y el tiempo disponible. Solo habla con tu conductor al encontrarte.
¡Por supuesto! El coche tiene espacio para cochecitos y los niños pueden sentarse en el regazo de un adulto si hace falta. La mayoría de las paradas son familiares.
Conductor y coche privado todo el día, agua embotellada para refrescarte, Wi-Fi gratis en el vehículo, gasolina y parking incluidos, y aire acondicionado que realmente funciona (créeme, lo vas a necesitar). Sin cargos ocultos, solo dile a tu conductor qué quieres ver.
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