Sentirás el viento mientras manejas tu propio blokart por la playa salvaje del Curonian Spit, acompañado por campeones locales que mantienen el ambiente divertido. Entre aire salado, risas y pausas para café y snacks, hay espacio para nervios y alegría — una experiencia que se queda contigo mucho después de que la arena llene tus zapatos.
No pensé que me pondría tan nervioso solo de ver esos blokarts alineados en la arena — parecen una mezcla entre un kart y un velero, pero con tres ruedas y una vela grande y colorida que ondea con el viento. Nuestro guía, Tomas (que según me contó ganó un campeonato europeo, pero sin hacer mucho alarde), me sonrió y me pasó un casco. “Lo pillas rápido”, me dijo, aunque yo no estaba tan seguro. Ese día el Mar Báltico rugía — gaviotas chillando arriba, viento que me enredaba el pelo en la boca cada vez que intentaba escuchar las instrucciones.
Después de unos arranques tambaleantes (y un momento algo vergonzoso en el que di vueltas lentas mientras los demás salían disparados), por fin logré captar bien el viento. De repente estaba volando por la playa del Curonian Spit, con arena levantándose detrás y el aire salado en la cara. Es una mezcla rara de concentración total — manos firmes en el volante — y esos momentos en que miras al frente y te das cuenta de lo vacío y salvaje que es todo aquí. Tomas se acercaba a veces, gritando consejos por encima del viento (“¡Inclínate hacia atrás! ¡Déjate llevar!”) o riendo cuando alguien se quedaba atascado en la arena blanda. En un momento intenté decir “blokart” en lituano — Li se rió tanto que casi se cae.
Paramos a tomar café y unos snacks cerca de unos troncos arrastrados por el mar; mis dedos estaban llenos de sal, pero ese café caliente sabía mucho mejor de lo que esperaba. El cielo no paraba de cambiar — sol un rato, nubes que corrían al siguiente — pero a nadie le importaba ya el frío o la arena. Es curioso cómo olvidas el móvil o la hora cuando solo intentas no volcar o chocar con una gaviota (tranqui, son más rápidas que tú). El regreso se sintió más lento, como si ninguno quisiera que terminara aún.
Sí, la recogida y regreso al hotel en Klaipėda están incluidos en la reserva.
El recorrido cubre hasta 20 km a lo largo de la playa.
La edad mínima es 12 años.
Sí, se incluyen snacks y café o té durante la experiencia.
No, no se requiere experiencia; los guías dan instrucciones antes de empezar.
El tour se realiza en casi todas las condiciones, excepto si el viento es muy fuerte; en ese caso ofrecen alternativas o reembolso.
Sí, todos reciben casco y equipo de seguridad.
Puede ser posible; contacta con los organizadores para valorar cada caso.
Tu día incluye recogida en hotel en Klaipėda, billetes de ferry al Parque Nacional Curonian Spit, todas las tasas del parque, uso de un blokart fabricado en Nueva Zelanda (con varias velas disponibles), casco y equipo de seguridad, guía experto local durante el recorrido de hasta 20 km por la playa báltica, además de snacks y café o té caliente antes de regresar.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?