Recorre las montañas de Líbano para descubrir las cuevas secretas de Jeita, disfruta de las vistas desde Harissa en teleférico y piérdete en las calles milenarias de Byblos, todo con guía local y almuerzo incluido. Momentos que recordarás mucho después de volver.
No esperaba empezar el día con un nerviosismo tan tranquilo por las cuevas. Pero ahí estábamos, saliendo de Beirut en una furgoneta que olía ligeramente a café con cardamomo (creo que alguien llevaba un termo), rumbo al norte hacia la Gruta de Jeita. Nuestro guía, Rami, iba soltando pequeñas historias: cómo los locales se colaban de niños en las cuevas antes de que se abrieran oficialmente. En cuanto entramos en Jeita, el aire era fresco y un poco húmedo, pero nada molesto. El paseo en barca por la gruta inferior fue casi mágico: ecos rebotando en la piedra, agua tan clara que casi podías ver tu reflejo si te asomabas (casi lo hice). Me quedé embobado mirando esas estalactitas más tiempo del que debería.
Después llegó Harissa. ¿Conoces esa sensación de darte cuenta de lo pequeño que eres? Parado junto a la estatua de la Virgen del Líbano, sobre la bahía de Jounieh, la sentí de golpe. El viento traía ese aroma salado del mar abajo. Bajamos en el teleférico—el Telefrique—que crujía un poco pero fue divertido. Rami se rió de mi nerviosismo y me dijo que lleva funcionando siglos; “No te preocupes, habibi.” Saqué una foto, pero sobre todo me quedé mirando cómo la costa se deslizaba bajo nuestros pies.
Byblos fue la sorpresa mayor. Es antigua, de verdad muy antigua, pero con una vida tranquila y especial. Paseamos por los zocos donde los vendedores llamaban en árabe y francés; probé un poco de halva en un puesto callejero (dulce pegajoso que me dejó las manos con olor a sésamo). Almorzamos en un lugar escondido tras una muralla antigua: platos de mezze por todos lados y pescado a la parrilla que sabía a recién sacado del puerto. Aún recuerdo esa vista del puerto mientras comíamos. Luego nos perdimos entre ruinas y tiendas hasta que llegó la hora de volver a Beirut, cansados pero con una energía especial por todo lo vivido.
El tour dura unas 9 horas, incluyendo traslados entre los lugares.
Sí, la recogida y regreso al hotel en Beirut están incluidos.
Un almuerzo libanés en Byblos con mariscos frescos y platos tradicionales.
No, todas las entradas están incluidas en el paquete del tour.
Sí, un guía local profesional acompaña al grupo todo el día.
Sí, los bebés pueden ir pero deben ir en el regazo de un adulto durante el transporte.
Es un tour en grupo pequeño para una experiencia más personalizada.
Se pasea por las calles históricas y zocos a un ritmo tranquilo.
Tu día incluye transporte cómodo con aire acondicionado y recogida en hotel en Beirut, todas las entradas a Jeita y demás sitios del recorrido, un guía local experto durante todo el viaje y un almuerzo libanés completo con mariscos frescos y mezze antes de regresar por la tarde.
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