Caminarás por senderos milenarios junto al río Jordán donde Jesús fue bautizado, explorarás ruinas con un guía local y, si quieres, recorrerás cuevas prehistóricas en Iraq Al Amir. Una mezcla de historia, espiritualidad y momentos auténticos que no encontrarás en otro lugar.
El aire se sentía seco al salir del hotel junto al Mar Muerto, pero una brisa fresca se colaba por la ventana del coche. Nuestro conductor, Khaled, nos contó sobre los viejos olivares que cruzamos camino a Betania al otro lado del río Jordán, que los locales llaman Al-Maghtas. Es curioso cómo el paisaje se vuelve tan silencioso aquí, solo arena y cielo, hasta que ves un grupo de árboles señalando la orilla del río. Cerca de la entrada hay unos puestitos que venden té dulce; yo aproveché para tomar una taza antes de encontrarnos con nuestro guía local.
Al caminar por la ribera, casi puedes escuchar el agua moviéndose bajo las cañas. Nuestro guía señaló dónde los arqueólogos encontraron antiguas piscinas bautismales y restos de iglesias; algunas piedras aún conservan grabados apenas visibles si te fijas bien. Nos explicó que este lugar es sagrado para las tres grandes religiones, no solo para el cristianismo. Hay un cartel desgastado que muestra la visita del Papa Juan Pablo II en el año 2000. El sol ya estaba alto cuando llegamos al sitio exacto del bautismo; es sobrecogedor estar tan cerca de un lugar con tanta historia.
Si eliges la opción extra, después de Betania tomamos un camino serpenteante rodeado de pinos hacia Iraq Al Amir. Las cuevas están escondidas en los acantilados; se siente el aroma de hierbas silvestres cerca, y dentro hace fresco y se escuchan ecos. Qasr al-Abad queda a pocos minutos, con sus viejas columnas de piedra decoradas con leones que han resistido siglos de viento y polvo. Paseamos un rato, sacamos fotos y escuchamos los pájaros antes de regresar al hotel en el Mar Muerto.
Sí, es para todas las edades y niveles de movilidad. Avísanos si necesitas asiento para bebés o ayuda para moverte; podemos organizarlo.
Lleva protector solar, gorra, calzado cómodo y agua, porque hace calor. Si tienes necesidades especiales o necesitas cochecitos o sillas para niños, solo avísanos con tiempo.
Claro, podemos recogerte en Ammán; solo dinos al reservar para coordinarlo.
No hay parada fija para almorzar, pero cerca de Betania hay vendedores con snacks y bebidas. La mayoría de restaurantes locales no sirven alcohol; avísanos si eso es importante para ti.
Tu traslado privado en vehículo con aire acondicionado, entradas para Betania (y para Iraq Al Amir si eliges), Wi-Fi a bordo, recogida y regreso al hotel, además de un conductor que conoce bien la zona y habla inglés. En Betania al otro lado del Jordán, contarás con un guía local en inglés que compartirá historias y responderá tus preguntas durante el recorrido.
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