Viaja de Aqaba a Petra en transporte privado con un conductor local que comparte historias en el camino. Recorre el impresionante cañón del Siq, admira las fachadas milenarias y escucha relatos reales de guías o lugareños. Con recogida flexible y regreso cómodo, esta excursión de un día te quedará grabada mucho tiempo después de salir de Jordania.
Confieso que creía saber qué esperar de Petra — la ves en todas partes, ¿no? Pero la primera vez que nuestro conductor llegó puntual a mi hotel en Aqaba, me di cuenta de que realmente iba a pasar. El camino fuera de la ciudad fue más tranquilo de lo que imaginaba; solo arena y colinas bajas pasando, con la ventana entreabierta para sentir el aire seco. Khaled, nuestro conductor, señaló un rebaño de cabras en un momento y se rió cuando intenté adivinar la raza — claramente estaba muy perdido.
El trayecto a Petra dura unas dos horas, pero no se hizo pesado. Hay algo especial en ver cómo cambia el color del desierto al acercarte a Wadi Musa. Al llegar al centro de visitantes, Khaled me entregó una botella de agua fría (un detalle pequeño pero que se agradece mucho) y me dio consejos para caminar por el Siq. Ese primer paso en el cañón — estrecho y con ecos, con paredes que parecen acercarse y luego abrirse de repente. Recuerdo tocar la roca solo porque todos lo hacían; es más lisa de lo que imaginas, casi pulida por siglos de manos.
Me paraba a sacar fotos, pero ninguna captaba el silencio extraño que se siente ahí dentro, solo roto por pasos o algún guía llamando en árabe o inglés. Cuando finalmente llegamos al Tesoro… bueno, nadie está preparado para esa vista. Había camellos descansando como si fueran los dueños del lugar (quizá lo sean). Un guía local nos contó cómo su abuelo se colaba en Petra antes del amanecer — sonrió y dijo que aún lo intenta, aunque ahora tiene que pagar como todos.
Volver por el Siq después de horas explorando fue más lento — piernas cansadas y ganas de que no terminara. El sol había cambiado y todo se veía diferente otra vez. Khaled esperaba en el aparcamiento con el WiFi ya encendido (bromeó diciendo que sabía que querríamos subir fotos enseguida). El regreso fue más tranquilo; quizá solo llenos de esa sensación buena. Aún recuerdo ese primer destello de piedra rosa entre sombras — ¿sabes a qué me refiero?
El viaje ida y vuelta más el tiempo para explorar Petra suele durar entre 7 y 8 horas.
Sí, incluye recogida privada en tu hotel o puerto de cruceros en Aqaba.
No es obligatorio, pero puedes contratar uno para conocer más historia y anécdotas durante la visita.
La ruta es mayormente plana y accesible; se puede usar silla de ruedas y cochecitos en la mayoría de las zonas.
Tu día incluye transporte privado en vehículo con aire acondicionado, WiFi y agua embotellada, recogida directa en tu hotel o puerto en Aqaba por un conductor que habla inglés y conoce atajos (y buenos chistes), además de regreso flexible tras visitar la antigua ciudad de Petra.
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