Caminarás por el desierto salvaje de Wadi Rum con un guía local que conoce cada rincón escondido—desde el Manantial de Lawrence hasta cañones milenarios y suaves dunas de arena. Disfruta de un auténtico té y almuerzo beduino a la sombra, pasea donde la historia vive en las paredes de piedra y descubre por qué este lugar parece de otro planeta.
Lo primero que me impactó al salir del Pueblo de Wadi Rum fue el silencio—solo el crujir de mis botas y el viento moviendo la arena. Nuestro guía beduino, Sami, nos hizo señas con una sonrisa y nos entregó botellas de agua antes de partir. Conocía cada atajo y cada historia de este lugar. El aire olía ligeramente a salvia, y aunque era temprano, ya se sentía el sol calentando las rocas.
No tardamos en llegar al Manantial de Lawrence. Hay una vieja higuera aferrada a la vida justo encima del manantial—Sami nos contó que T.E. Lawrence solía dar de beber a sus camellos aquí. Metí la mano en el agua; estaba fresca, casi dulce después de caminar en el aire seco. Luego vimos algo llamado “el mapa del desierto”—una pared rocosa con la forma de un mapa antiguo si entrecerrabas un poco los ojos (tuve que pedirle a Sami que me lo señalara). Seguimos avanzando por parches de arena roja suave hasta llegar a unas dunas enormes. Subirlas no es fácil; mis zapatos se llenaron de arena en segundos, pero bajar corriendo fue como volver a ser niño.
Después del almuerzo visitamos el Cañón Khazali—Sami preparó té bajo un poco de sombra mientras explorábamos el interior. Las paredes están cubiertas de inscripciones beduinas antiguas; algunas tan desgastadas que hay que recorrerlas con los dedos para verlas bien. Allí dentro solo se escucha el eco de tus propios pasos. La última parada fue el Puente Pequeño—un arco natural de roca que parece frágil pero se siente sólido cuando estás encima, mirando ese espacio abierto infinito.
Sí, nuestro guía adapta el ritmo y la ruta según el nivel físico de cada persona. Puedes hacer pausas cuando lo necesites.
Usa calzado cómodo para caminar, lleva protector solar, gafas de sol y un sombrero. Nosotros proporcionamos agua y snacks durante el recorrido.
¡Sí! Incluye un almuerzo tradicional beduino más té o café, servido fresco en un lugar con sombra a mitad de la caminata.
Por supuesto. Los niños pequeños pueden ir en cochecito si es necesario. La ruta es apta para familias.
Tu día incluye snacks para mantener la energía durante el recorrido, un almuerzo completo al estilo beduino cocinado en el desierto, además de café o té preparado por tu guía bajo la sombra de una roca.
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