Camina por Osaka con un guía local que conoce cada atajo y anécdota. Disfruta vistas del castillo sin multitudes, mercados llenos de vida y snacks, panoramas ocultos y la energía vibrante de Dotonbori, con momentos tranquilos detrás de todo ese neón.
Casi me rindo con el tour a pie por Osaka porque mis pies ya protestaban (cuarto día en Japón, ya sabes cómo es). Pero la idea de ver tanto los grandes sitios como esos rincones raros que solo conocen los locales me levantó de la cama. Nuestro guía, Kenji, nos esperaba cerca del Castillo de Osaka y de inmediato soltó una broma sobre que nadie entra al castillo a menos que “le encanten los ascensores”. Tenía razón. Solo paseamos por el parque, vimos a un anciano alimentar cuervos bajo un ginkgo y admiramos esas paredes blancas. El aire olía a hojas húmedas y a puestos de takoyaki a lo lejos — nada mal para un lunes por la mañana.
Desde ahí nos metimos en un mercado que jamás habría encontrado solo. Era ruidoso, algo caótico, y estaba lleno de todo, desde kimchi hasta zapatillas falsas. Kenji señaló un puesto donde compra su “bento para resacas” (sus palabras). Intenté dar las gracias en japonés y la señora del mostrador se rió — seguro que lo dije fatal. El mercado se sentía más auténtico que cualquier museo; no dejaba de pensar en cuánto de la Osaka de antes de la guerra se perdió, salvo lugares como este.
Nos saltamos la entrada al Abeno Harukas (consejo: Kenji conoce un mirador gratis cerca con casi la misma vista), y nos metimos en la planta baja de un gran almacén. Imagina filas de frutas tan perfectas que da miedo acercarse — había un melón en una caja de cristal con su propio lazo. Luego salimos y nos perdimos por callejones hasta que, de repente, estábamos frente al famoso cartel del corredor Glico en Dotonbori. Las luces apenas empezaban a encenderse, pero Kenji nos llevó primero por calles secundarias — tenía historias sobre teatros antiguos y bares con puertas más estrechas que mi mochila. Aún recuerdo esa mezcla de ruido y silencio en ese lugar.
El tour dura unas 4 horas de principio a fin.
No, solo se visita el parque y el exterior, no el interior de pago.
No incluye comidas, pero pasarás por mercados con opciones para picar.
No hay recogida; te encuentras con el guía en un punto acordado cerca del transporte público.
Sí, el primer niño va gratis; los bebés pueden ir en cochecito o carrito.
Sí, todas las zonas y el transporte público son accesibles para sillas de ruedas.
El itinerario es flexible según tus intereses (puede haber cargos extra).
El guía habla inglés fluido o casi nativo, además de japonés.
Tu día incluye un tour privado a pie por el centro de Osaka con paradas en el parque del Castillo de Osaka, mercados locales llenos de vida, miradores cerca de Abeno Harukas sin coste, exploración de los famosos carteles y callejones de Dotonbori, todo adaptado a tus gustos con un guía de habla inglesa a tu lado.
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