Viaja cómodo desde tu hotel en Kioto con un guía local que realmente conversa contigo, no solo recita datos. Pasea bajo los infinitos torii de Fushimi Inari, respira el aire del bosque de bambú de Arashiyama, prueba helado de matcha cerca de Tenryu-ji y contempla el brillo dorado de Kinkaku-ji. Cada instante es relajado y lleno de pequeñas sorpresas.
Al salir del hotel, nuestro conductor, el señor Sato, nos recibió con una pequeña reverencia — nada rígida ni formal, sino cálida y cercana. Nos preguntó si habíamos desayunado (no lo habíamos hecho) y nos señaló una panadería de camino al santuario Fushimi Inari. El aroma del pan recién hecho se mezclaba con el aire fresco de la mañana mientras cruzábamos las tranquilas calles de Kioto. Intenté decir “arigatou” correctamente; él sonrió y me respondió en inglés, “You’re welcome”. Desde el principio todo fue muy natural.
La primera parada fueron los famosos torii rojos de Fushimi Inari. Aunque había visto fotos antes, caminar bajo esos arcos es otra cosa — hay un silencio especial entre ellos, solo nuestros pasos y un par de señoras mayores charlando suavemente en dialecto Kansai. Nuestra guía, Emi, nos contó sobre las estatuas de zorros que hay por todas partes (mensajeros de los dioses, según ella). Se rió cuando intenté pronunciar “kitsune”. Seguro que lo hice fatal.
Después nos dirigimos hacia el oeste, a Arashiyama. El bosque de bambú es más tranquilo de lo que esperaba — se oye más el viento que a la gente. La luz del sol se cuela entre los tallos verdes y el aire huele ligeramente dulce, casi a hierba mojada tras la lluvia. Emi nos recomendó probar un helado de matcha cerca del templo Tenryu-ji (lo hice; sabe a hierba, pero está rico). Para terminar, el Pabellón Dorado: la hoja de oro brilla incluso en un día nublado, con reflejos que se mueven en el estanque. Había muchos escolares haciéndose selfies, pero de algún modo no me molestó.
Aún recuerdo la vista desde el puente Togetsu — montañas detrás de cerezos empezando a florecer. Hablamos de lo diferente que se siente Kioto comparado con Tokio: más tranquilo, con un aire más suave. Cuando nos dejaron de nuevo en el hotel, tuve la sensación de haber visto más que solo lugares; un poco de cómo vive la gente aquí también.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos para tu comodidad.
Visitarás el santuario Fushimi Inari, el parque Arashiyama (incluido el bosque de bambú), el templo Tenryu-ji y el Pabellón Dorado (Kinkakuji).
Sí, el transporte y todas las zonas visitadas son accesibles para sillas de ruedas.
El tour está diseñado para cubrir los principales sitios de Kioto en una jornada completa.
No, los visitantes deben cubrir las entradas para ellos y su guía.
Sí, se aceptan bebés y niños pequeños; se puede llevar cochecito o carrito.
Sí, existe la opción de añadir el parque de Nara y el templo Todaiji al itinerario.
El guía habla inglés con fluidez durante todo el tour en Kioto.
Tu día incluye transporte cómodo en vehículo con aire acondicionado, con gastos de aparcamiento y autopista cubiertos, un guía local de habla inglesa durante todo el recorrido, además de recogida y regreso al hotel. Las personas en silla de ruedas o familias con niños pequeños encontrarán todo accesible — solo lleva yen para entradas o algún snack.
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