Saldrás de Tokio con tu propio guía en inglés y coche privado, explorando las tranquilas orillas del Lago Kawaguchi, subiendo a la Pagoda Chureito para vistas increíbles y probando snacks locales en el camino. El tour es flexible: puedes quedarte más tiempo donde quieras o seguir si te apetece. No es solo el Monte Fuji, sino esos pequeños momentos entre paradas.
Lo primero que recuerdo es la risa de nuestro conductor mientras intentábamos pronunciar “Kawaguchiko” — él lo decía con tanta facilidad. Salimos temprano de Tokio (yo no soy nada madrugador), pero la ciudad se fue quedando atrás rápido, a través de las ventanas tintadas. En algún punto fuera de la ciudad, el aire cambió — más fresco, casi dulce — y cuando el Monte Fuji apareció entre las nubes, hasta nuestro guía se quedó en silencio. Es curioso cómo todos nos quedamos callados en ese instante.
La primera parada fue el Lago Kawaguchi. El agua estaba quieta salvo por un par de patos, y el reflejo del Fuji parecía irreal, como pintado sobre un cristal. El Parque Oishi estaba lleno de flores (¿cosmos? nunca sé distinguirlas), y unas señoras vendían snacks bajo coloridos paraguas. Probé algo que sabía a batata; mi pareja dijo que era “muy terroso”, pero a mí me gustó. Nuestro guía nos contó que los estanques de Oshino Hakkai se alimentan de manantiales volcánicos — el agua es realmente así de clara. Metí los dedos y casi pegué un grito por el frío.
La subida a la Pagoda Chureito fue más dura de lo que esperaba — casi 400 escalones y mis piernas me recordaron todos los días que había dejado de ir al gimnasio. Pero cuando llegas arriba... la vista sobre Fujiyoshida es impresionante, con el Fuji ahí, tranquilo, sin inmutarse mientras nosotros jadeábamos para sacar fotos. Un niño contaba cada escalón en voz alta en japonés; su madre no paraba de reírse. La pagoda es más pequeña de lo que parece en las fotos, pero en persona se siente mucho más especial.
No esperaba que me gustara Honcho Street ni Gotemba (las compras no son lo mío), pero pasear entre pequeñas tiendas con sus carteles desgastados fue sorprendentemente reconfortante después de tanto aire puro. Nuestro conductor esperó paciente mientras explorábamos — nos recomendó unos mochi de una panadería diminuta sin cartel en inglés. De vuelta a Tokio, todos se quedaron dormidos menos yo; me quedé mirando cómo el Fuji desaparecía en el retrovisor hasta que ya no se veía. A veces aún recuerdo ese silencio.
El tour dura unas 10 horas, incluyendo traslados desde Tokio.
Sí, incluye recogida y regreso al hotel en Tokio.
Las paradas principales son Lago Kawaguchi, Parque Oishi, Estación 5 del Monte Fuji, estanques de Oshino Hakkai, Pagoda Chureito y Gotemba.
Sí, el tour es accesible para sillas de ruedas y se permiten animales de servicio.
No incluye almuerzo, pero hay opciones para comprar snacks locales en varias paradas.
Sí, se pueden solicitar asientos especiales para bebés.
El tour es apto para la mayoría de niveles, aunque la subida a la Pagoda Chureito tiene casi 400 escalones.
Un conductor/guía que habla inglés te acompañará durante todo el tour.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en cualquier punto de Tokio, transporte privado en vehículo con aire acondicionado y agua embotellada durante todo el recorrido, además de un conductor que habla inglés y te ayuda a planear la ruta sobre la marcha — para que solo te preocupes por disfrutar cada parada.
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