Te pondrás el uniforme tradicional de kyudo en el Castillo de Hiroshima y aprenderás los básicos del tiro con arco japonés con un guía local que hace todo ameno y motivador. Prueba disparar flechas reales (aunque seas principiante), siente el peso del arco en tus manos y llévate recuerdos — además de fotos divertidas con el traje completo si quieres.
Lo primero que noté fue el silencio — no un silencio absoluto, sino ese eco suave que se siente dentro de los edificios de madera antiguos. Acabábamos de entrar al campo de kyudo cerca del Castillo de Hiroshima, y aunque había visto fotos de tiro con arco japonés antes, sostener el dogi y el hakama fue otra cosa. Nuestro instructor, el señor Sato, sonrió al entregarme el arco. Nos enseñó a doblar bien el hakama (yo lo puse al revés al principio — se rió y me corrigió) y explicó por qué cada paso es clave en el kyudo. Hay un respeto muy especial por el arco y las flechas que no esperaba. No se trata solo de acertar al blanco; es cómo te paras, cómo respiras, incluso cómo saludas el espacio.
Intenté imitar los movimientos del señor Sato — lentos, precisos, casi meditativos — pero mis brazos temblaron un poco al tensar la cuerda. El arco se sentía suave pero más pesado de lo que imaginaba. Cuando finalmente solté mi primera flecha (con su suave “ahora” en japonés), sonó un golpe satisfactorio contra el blanco. Ni cerca del centro, pero ¿sabes qué? Ese sonido me hizo sonreír como un niño. Había un leve aroma a tatami mezclado con cedro de las vigas, y afuera se escuchaban cuervos de vez en cuando. Disparamos por turnos, riéndonos cuando alguna manga se cruzaba o una flecha se iba desviada.
No podía dejar de pensar en lo distinto que es esto del tiro con arco occidental — aquí es casi un ritual, cada movimiento tiene su significado. El señor Sato nos contó que normalmente los principiantes no disparan flechas reales tan pronto, pero en esta experiencia de kyudo en Hiroshima nos dejaron probar tras una breve introducción. Nos observaba atento, pero nunca hizo que nadie se sintiera incómodo si fallaba (yo fallé varias veces). Después nos tomamos fotos divertidas con el uniforme — parece que mi postura necesita práctica, pero bueno, igual se veía genial.
Al salir del Castillo de Hiroshima me sentí extrañamente tranquilo — tal vez por la respiración concentrada o por haber formado parte de algo tan antiguo y cuidadoso por un par de horas. A veces aún recuerdo esa sensación cuando todo se pone ruidoso en casa.
No se requiere experiencia; los principiantes son bienvenidos y reciben instrucción completa.
La clase se lleva a cabo en un campo de tiro cerca del Castillo de Hiroshima.
Te proporcionarán el uniforme tradicional de kyudo, que incluye dogi (parte superior) y hakama (parte inferior).
El lugar es accesible para sillas de ruedas; los bebés pueden ir en cochecito; sin embargo, personas con lesiones en brazos o hombros no deberían participar.
Sí, se permite y anima a tomar fotos o videos mientras llevas el uniforme de kyudo.
Podrás probar flechas reales después de una breve introducción y demostración del instructor.
Tu sesión incluye entrada al campo cerca del Castillo de Hiroshima, todo el equipo de arco y flechas para practicar kyudo, además del uso de trajes auténticos (dogi y hakama). El guía local te dará instrucciones durante toda la experiencia para que solo te preocupes por aprender y disfrutar cada momento sin complicaciones.
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