Vive la experiencia de un taller veneciano real cerca de la Plaza de San Marcos, conoce a un maestro artesano y aprende a decorar tu propia máscara de Carnaval con técnicas tradicionales. Incluye pinturas y materiales, y te llevas tu creación como recuerdo. Risas, historias locales y un momento práctico que recordarás siempre que veas tu máscara en casa.
Siempre tuve curiosidad por saber si esas máscaras venecianas tan extravagantes eran tan misteriosas de hacer como parecían. Resultó ser mucho más desordenado —y divertido— de lo que imaginaba. Nos metimos en un pequeño estudio cerca de la Plaza de San Marcos, un lugar que olía a papel viejo y pintura, y conocimos a nuestro maestro (nunca supe su nombre completo, todos lo llamaban Maestro). Tenía las manos salpicadas de polvo dorado y una risa que relajaba el ambiente al instante.
La mesa ya estaba preparada con máscaras de papel maché en blanco, pinceles metidos en frascos y pequeños potes de pintura en colores que ni sabía que existían. El Maestro nos enseñó cómo sujetar el pincel para que la pintura se deslizara y no se apilara —la mía igual se apelmazó, pero él solo guiñó un ojo y dijo: “Eso le da carácter”. Nos contó cómo los venecianos usaban estas máscaras por muchas razones, no solo en Carnaval, y cómo cada forma tenía un significado distinto. Intenté pintar pequeños remolinos en la mía; mi mano temblaba un poco, quizá por el café o los nervios, o ambos. El aire olía a pegamento secándose cerca.
Me perdí en la tarea por un rato, solo dando toques de color y escuchando al Maestro tararear una melodía que no reconocía. En un momento, alguien preguntó si podíamos añadir plumas; él sonrió y sacó una caja con todo tipo de cosas, como si hubiera esperado esa pregunta todo el día. Mi amiga quiso escribir su nombre con letra italiana y terminó riendo tanto que casi derriba su vaso de agua. No fue un silencio absoluto —siempre había alguien riendo o preguntando qué significaba “pulcinella”— pero, de alguna manera, se sentía tranquilo.
Cuando terminamos, el Maestro alineó nuestras máscaras para una foto grupal (insistió), y luego las envolvió para que no se mancharan al llevarlas a casa. Salir a las calles de Venecia con mi propia máscara bajo el brazo fue una sensación extraña —pero buena. Cada vez que veo fotos del Carnaval, recuerdo esa hora; hay algo en crear tu propio pedazo de Venecia que se queda contigo más tiempo del que imaginas.
El taller dura aproximadamente 1 hora.
El taller está cerca de la Plaza de San Marcos (Piazza San Marco).
Sí, te llevas tu máscara veneciana decorada como recuerdo.
Todos los materiales y pinturas necesarios están incluidos en el taller.
Sí, es apta para todos los niveles y puede disfrutarse en familia o con amigos.
Si ocurre una marea alta excepcional, el tour puede posponerse o reembolsarse.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del taller.
El tour no se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardiovasculares.
En ciertas fechas, los visitantes de un día pueden tener que pagar una tasa de acceso de 5 €; consulta la información oficial de la ciudad.
Tu experiencia incluye todas las pinturas y materiales para decorar tu máscara veneciana cerca de la Plaza de San Marcos, la guía en vivo de un maestro artesano que comparte historias detrás de cada diseño, y te llevas tu máscara terminada como un recuerdo único al salir del taller.
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