Recorre los viñedos del campo sienés con un guía local que conoce cada cepa. Prueba vinos orgánicos directamente en la bodega y disfruta un almuerzo ligero toscano con ingredientes de temporada, todo a minutos de la Siena medieval. Prepárate para historias auténticas, sabores genuinos y alguna que otra risa que recordarás.
Lo primero que noté fue cómo cambió el aire al bajar del coche: un olor a tierra, un poco dulce, como hojas trituradas y algo floral que no supe identificar. Apenas estábamos a las afueras de Siena, pero ya parecía otro mundo. Nuestro guía, Pietro, nos llamó junto a las hileras de viñas y empezó a contarnos cómo cada estación transforma todo aquí. Me dio un poco de tierra —seca pero fresca al tacto— y con paciencia me explicó por qué las uvas orgánicas son más delicadas pero valen la pena. Creo que asentí como si entendiera toda la genética, pero en realidad solo disfrutaba escucharlo hablar de las tierras de su familia.
Dentro de la bodega hacía más fresco y olía a levadura y madera. Pietro nos mostró unos barriles enormes y nos dejó asomarnos al vino en distintas etapas; hubo un momento en que nos dejó probar algo a medio camino entre jugo de uva y vino. No fue mi favorito, pero tenía su gracia. Alguien preguntó por la fermentación y él contó una anécdota de su abuelo que casi arruina una tanda entera por embotellar demasiado pronto (todos se rieron, menos quizá su abuela). Todo se sintió menos como un tour y más como pasar el rato con alguien que realmente ama lo que hace.
Luego entramos a la sala de catas —la luz del sol entrando por ventanas polvorientas, cuatro botellas alineadas esperándonos. Cada copa venía con una historia o un chiste (intenté pronunciar “Sangiovese” y fue un desastre). Olimos, giramos, probamos —sinceramente, a veces aún recuerdo esa segunda copa. El almuerzo fue sencillo: pan fresco, aceite de oliva con un sabor casi a hierba, quesos y embutidos—nada sofisticado pero justo lo que necesitábamos después de caminar por esos campos. Y sí, todo maridó perfecto con uno de sus vinos, de los que Pietro parecía orgulloso en silencio.
La bodega está a solo 2 kilómetros del centro medieval de Siena.
Sí, incluye un almuerzo ligero con platos toscanos frescos y de temporada.
El menú es de temporada y puede adaptarse a dietas vegetarianas si se avisa con antelación.
Probarás cuatro vinos orgánicos diferentes típicos de la zona de Siena.
El tour ofrece estacionamiento gratuito, pero no incluye traslado; los visitantes deben llegar por su cuenta a la bodega.
La edad mínima para participar es de 18 años.
La experiencia es accesible para todos los niveles físicos; hay asientos para bebés si es necesario.
Sí, durante la visita hay WiFi gratuito disponible en la bodega.
Tu día incluye paseos guiados por viñedos orgánicos cerca de Siena, una visita educativa a la bodega en funcionamiento para conocer el proceso de elaboración, catas sensoriales de cuatro vinos orgánicos locales en la sala de degustación, agua embotellada durante toda la experiencia y un almuerzo ligero toscano con platos de temporada y aceite de oliva de la casa, todo acompañado por apasionados locales que conocen cada rincón de sus tierras.
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