Estarás bajo la imponente cúpula de Miguel Ángel en la Basílica de San Pedro, bajarás a las silenciosas grutas vaticanas con tumbas centenarias y subirás para disfrutar de vistas panorámicas de Roma—todo con un guía local que hace que cada detalle cobre vida. Momentos de calma y asombro (y quizás piernas cansadas) que te cambiarán por la magnitud y el espíritu de este lugar.
Lo primero que me impactó al entrar en la Basílica de San Pedro no fue lo que vi, sino ese silencio especial, como si el aire mismo se detuviera. Nuestra guía, Francesca, hablaba en voz baja, pero cada palabra sobre Miguel Ángel y Bernini llegaba clara a través de los auriculares (que, sinceramente, me salvaron de perderme la mitad). Había gente, claro, pero estar cerca de la Piedad se sentía casi íntimo, tal vez porque todos guardaban silencio. Percibí un leve aroma a incienso en algún lugar. Me hizo pensar en todas las personas que han estado aquí antes, hace siglos.
Después bajamos a las Grutas Vaticanas. Los escalones estaban lisos y gastados bajo mis zapatos; supongo que miles de peregrinos han dejado su huella en la piedra. Allí abajo es tenue la luz; pasas por pequeños altares y tumbas escondidas en rincones, algunas con flores frescas dejadas por visitantes. Francesca señaló el lugar donde se dice que está enterrado San Pedro. Traté de imaginar lo que significa para quienes vienen solo por ese momento. Una señora mayor tocó la pared y cerró los ojos; no dijo nada, pero esa imagen se quedó conmigo.
La subida a la cúpula… bueno, mis piernas todavía me lo recuerdan. Las escaleras se estrechan al final (me di un golpe en el codo en una curva), pero cuando finalmente salimos arriba, sobre Roma, me quedé sin palabras un rato. Se ve todo el Vaticano desplegado abajo: los tejados, las diminutas personas en la Plaza de San Pedro, y luego Roma extendiéndose en todas direcciones. El viento en la cara, el sol reflejándose en cúpulas y azulejos por doquier. No esperaba sentirme tan pequeño y a la vez tan despierto allá arriba.
El tour suele durar entre 2 y 3 horas, según el ritmo del grupo y las opciones elegidas.
Sí, la entrada a la cúpula está incluida si seleccionas esa opción al reservar.
Sí, se incluyen auriculares para que escuches claramente al guía durante toda la visita a la basílica.
La basílica es accesible, pero la subida a la cúpula tiene muchas escaleras y no es apta para sillas de ruedas.
Sí, bebés y niños pequeños pueden unirse; se permiten cochecitos excepto durante la subida a la cúpula.
Un guía profesional y autorizado acompaña al grupo por la basílica y las grutas.
Sí, el tour está disponible en inglés, italiano, alemán, francés y español, con o sin la subida a la cúpula.
Tu día incluye acceso guiado a la Basílica de San Pedro con un guía profesional autorizado (y auriculares para no perder detalle), entradas para subir a la cúpula de Miguel Ángel si eliges esa opción, y tiempo para explorar las grutas subterráneas del Vaticano—todo comenzando dentro de la misma Ciudad del Vaticano.
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