Camina por la antigua Pompeya con un guía local que conoce cada rincón, recorre carreteras costeras en coche privado, disfruta un café en las calles soleadas de Positano y elige entre la animada Amalfi o la tranquila Ravello antes de volver—cada parada es personal y sin prisas.
Lo primero que recuerdo es el silencio dentro de Pompeya, como si el mundo contuviera la respiración. Nuestro guía, Enzo, creció cerca de Nápoles y no paraba de señalar pequeños detalles: frescos descoloridos, el horno de piedra de una panadería aún ennegrecido. Me pasó un trozo de piedra pómez para que la tocara, más ligera de lo que imaginaba. En el aire flotaba un leve aroma a polvo y hierbas silvestres, como tomillo después de la lluvia. Había visto fotos antes, pero estar allí se sentía mucho más intenso.
Dejamos atrás las ruinas y la carretera empezó a serpentear como una cinta suelta sobre los acantilados. La Costa Amalfitana no se guarda nada: un momento estás mirando un azul que parece irreal y al siguiente te encuentras entre limoneros y casas de colores pastel apiladas como si alguien las hubiera dejado caer desde arriba. Nuestro conductor puso canciones napolitanas antiguas, con las ventanas bajadas. En Positano paramos a tomar un espresso (me manché la camisa, típico), y luego paseamos por esas calles empinadas donde los tenderos saludan con un “buongiorno” sin esperar respuesta.
No podía decidir entre Amalfi y Ravello, así que le preguntamos a Enzo qué haría él —sonrió y dijo “Ravello si buscas tranquilidad, Amalfi si quieres jaleo.” Elegimos Amalfi. Las escaleras de la catedral son más empinadas de lo que parecen; me senté a mitad comiendo un granizado de limón mientras las campanas resonaban en las paredes. Hay algo en esa mezcla de aire salado y olor a pasteles que se queda contigo. De regreso a Nápoles, vi cómo la luz se apagaba sobre el mar y, sinceramente, no dije mucho —a veces no hace falta.
Sí, el transporte privado con recogida está incluido para tu excursión de día.
El trayecto por la costa dura aproximadamente una hora en coche desde Pompeya a Positano.
Puedes elegir entre Amalfi o Ravello como última parada; no se visitan ambos juntos.
Hay opción que incluye entradas y guía profesional en Pompeya.
Sí, los bebés son bienvenidos; hay asientos especiales y espacio para cochecitos.
Sí, tendrás tiempo para recorrer las calles y tiendas de Positano a tu ritmo.
Tu día incluye recogida privada en vehículo con aire acondicionado y WiFi, con todos los gastos de gasolina y aparcamiento cubiertos por tu conductor local. También puedes añadir guía y entrada en Pompeya. Viajarás sin prisas entre paradas y regresarás cómodo al atardecer.
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