Recorre las antiguas calles de Pompeya con un guía privado que revive la historia con relatos, mosaicos y rincones secretos. La opción familiar incluye mapas y juegos para que los peques se mantengan atentos. Risas, detalles inesperados (sí, hasta burdeles) y momentos que recordarás mucho después de irte.
Al principio no esperaba sentir mucho al estar frente a las puertas de Pompeya, solo curiosidad, ¿sabes? Pero en cuanto conocimos a nuestra guía (Francesca, con su pañuelo colorido y sonrisa enorme), todo cambió. Nos llevó directo por delante de la fila de entradas (que ya daba vueltas) y nos metió en esas calles de piedra donde todo parecía tan cercano: el eco de nuestros pasos, el olor a tierra mojada tras la lluvia de la noche anterior. Era como si el tiempo se hubiera enredado aquí. Mi hijo no paraba de tirar de mi manga señalando cosas — “¡Mira! ¿Eso es una panadería de verdad?” — y Francesca sonreía y decía, “Espera a ver los mosaicos.”
Su manera de contar historias hacía que no pareciera una clase de historia, sino que estábamos espiando chismes antiguos. Asomamos la cabeza a lo que antes fueron tiendas, vimos las hendiduras en las piedras hechas por las ruedas de los carros (traté de imaginar a niños romanos corriendo, seguro regañados por meter barro adentro). El Foro era más grande de lo que pensaba — cielo abierto, pedazos de mármol por todos lados. Hubo un momento en las termas cuando Francesca susurró sobre las rutinas romanas y mi hija frunció el ceño ante los “masajes con aceite de oliva.” Sigo pensando en esa mezcla rara de luz y sombra en esas paredes pintadas.
Elegimos la opción familiar y vinieron con acertijos y un mapa con pegatinas para los niños — se peleaban por poner la siguiente pegatina pero en realidad prestaban más atención de lo que esperaba. Ayudó que Francesca metiera retos en sus relatos (“¿Quién encuentra el grafiti más antiguo?”) y hasta mi marido se puso competitivo. Ah, y si no tienes entradas aún, no te preocupes — nuestra guía las consiguió en minutos mientras esperábamos bajo una higuera tratando de adivinar ese aroma dulce.
El tour privado dura aproximadamente 2 horas.
Sí, hay una opción familiar con actividades, juegos, mapas y guías especializados para niños de 6 a 12 años.
No, las entradas no están incluidas, pero el guía te ayuda a comprarlas rápido en el lugar.
El tour empieza en la puerta Porta Marina Superiore de Pompeya.
Sí, el tour es accesible para sillas de ruedas.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carrito durante el recorrido.
Visitarás lugares destacados como el Foro, las termas, tiendas, casas antiguas y mosaicos coloridos.
Sí, el guía te ayudará a conseguir las entradas rápidamente al llegar.
Tu día incluye un guía privado certificado (con ayuda para entradas rápidas), y si eliges la opción familiar, actividades especiales—juegos, cuadernos y mapas con pegatinas para niños de 6 a 12 años. Las entradas no están incluidas, pero el guía las gestiona en el sitio para que no pierdas tiempo en filas.
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