Recorre Pisa en un vehículo eléctrico silencioso con un guía local que conoce cada historia detrás de las paradas—desde el mural de Galileo hasta iglesias góticas junto al río y plazas llenas de estudiantes. Risas, datos curiosos y tiempo para descubrir qué hace única a esta ciudad más allá de su famosa torre.
Con las manos agarradas al pasamanos mientras pasábamos rápido junto a las multitudes habituales cerca de la Torre Inclinada, pensé que eso era todo lo que Pisa tenía para ofrecer. Pero nuestro guía, Marco, sonrió y señaló hacia la izquierda. El pequeño coche eléctrico zumbaba suavemente mientras nos contaba sobre Galileo (su mural es una pasada, nunca había visto un telescopio pintado así). Al cruzar el puente antiguo sobre el Arno, se sentía un leve aroma a río, como si estuviéramos entrando en un recuerdo escondido de la ciudad.
Nos detuvimos frente a una iglesia gótica pequeñísima—Santa Maria della Spina—justo a la orilla del río. El mármol parecía casi blando con la luz de la tarde, suena raro, pero era verdad. Marco dijo que los locales a veces la llaman simplemente “la Spina” y traté de repetirlo, aunque seguro que me salió mal el acento; él se rió igual. Luego llegamos a la Piazza dei Cavalieri, la Plaza de los Caballeros, con estudiantes descansando en las escaleras y palomas paseándose como si fueran dueñas del lugar. Nunca imaginarías que Dante escribió sobre una de esas torres en el Infierno. Es curioso cómo la historia aquí parece estar en silencio.
No esperaba encontrar un mural de Keith Haring en Pisa (Tuttomondo). Está ahí, brillante y llamativo contra las viejas paredes—los niños se hacían selfies y una pareja mayor discutía en voz baja sobre el significado de una de las figuras. Pasamos frente a palacios con fachadas azules y ruinas con placas dedicadas a Mary Shelley (no tenía ni idea de que vivió aquí un tiempo). El tour cubrió más de lo que podía recordar—once paradas en poco más de una hora—pero nada se sintió apresurado. Quizá fue la forma de Marco de hacer pausas para preguntas o simplemente dejarnos disfrutar la vista un rato. Todavía pienso en ese tramo junto al río donde todo olía a piedra y a café espresso.
El tour dura aproximadamente 1 hora ida y vuelta.
Sí, personas de todas las edades pueden disfrutarlo cómodamente.
Sí, ambas paradas están incluidas dentro de las 11 paradas del recorrido.
El guía habla inglés durante todo el tour.
Sí, los animales de servicio están permitidos.
Sí, hay opciones de transporte público muy cerca.
No, los bebés deben ir en el regazo de un adulto durante el paseo.
Tu experiencia incluye un guía local de habla inglesa durante todo el recorrido, transporte cómodo en vehículo eléctrico con once paradas únicas por Pisa—incluyendo la Plaza de los Caballeros y Santa Maria della Spina—y opciones flexibles de recogida cerca del transporte público. Se aceptan animales de servicio y es ideal para familias con niños pequeños.
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